Elecciones europeas
Sánchez trata de recuperar el control en la recta final de la campaña
El presidente intenta hacer del revés judicial de su mujer un activo electoral
La campaña de las elecciones europeas ha dado un vuelco en las 72 horas decisivas. Los electores cada vez deciden más tarde su voto –al menos uno de cada cuatro esperan hasta el final– o si acudir o no a las urnas y el marco en que se plantean los comicios es capital para incentivar o desmovilizarles. En este contexto trascendente, la decisión del juez Juan Carlos Peinado de llamar a declarar como investigada a la mujer del presidente del Gobierno ha hecho saltar por los aires la estrategia de Moncloa y les ha obligado a recalcular el rumbo. Ya la semana pasada, el fallo de la Audiencia Provincial de Madrid daba alas a la causa, al avalar al instructor para que siguiera investigando –acotando, eso sí, sus pesquisas a las ayudas públicas a Carlos Barrabés–, pero sin atender las pretensiones de archivo por parte de la Fiscalía.
Desde entonces, la campaña ha girado sobre la actividad profesional de Begoña Gómez. Un marco poco propicio para las aspiraciones monclovitas que buscaban ubicar el debate en la esfera internacional –choque con Javier Milei, reconocimiento del Estado palestino, paquete mil millonario de ayuda militar a Ucrania– y en la amenaza que supone el auge de la extrema derecha en Europa. Sánchez había logrado llevar la iniciativa en la primera parte de la campaña, pero el resurgir del caso de su esposa le había hurtado el liderazgo. Ahora, el presidente trata de recuperar el control en la recta final.
A esto obedece la decisión del presidente de lanzar una nueva «carta a la ciudadanía» en la que eleva el tono de la crítica a las actuaciones del juez Peinado y desvía el foco de Begoña Gómez. Se aprecia un evidente salto cualitativo en la retórica respecto al argumentario desplegado por los distintos ministros socialistas –que se limitan a mostrar su «extrañeza» por la coincidencia judicial y política, de hacer pública la decisión en campaña– hasta las acusaciones directas del presidente de intentar condicionar la cita electoral del 9J. Sánchez busca así recuperar la iniciativa, marcando el discurso con una misiva en la que llama a la movilización de su electorado para conseguir en las urnas una suerte de veredicto de inocencia para su esposa.
Fuentes socialistas creen que esto acabará por beneficiarles, generando un «efecto bumerán», porque «moviliza a su electorado». Le da una razón para ir a votar en unos comicios que tradicionalmente se perciben más ajenos a la realidad cotidiana de los españoles y ante los que los progresistas se suelen mostrar más perezosos. Esta campaña se ha nacionalizado deliberadamente por los dos grandes partidos y sus líderes, que buscan jugar una segunda vuelta del 23J, aunque esto suponga invisibilizar a sus candidatas. El PP lo ha vuelto a plantear en los términos de un plebiscito a la figura de Sánchez y Sánchez, recogiendo el guante, como un plebiscito entre él y la extrema derecha. El mismo esquema que resultó exitoso en las generales de julio de 2023. Ahora, sin embargo, el líder socialista busca ungirse de un halo victimista y pide a los españoles que respondan en las urnas contra las «malas artes» que la «coalición ultraderechista» está usando contra su mujer.
Por tanto, el presidente busca desviar el foco de la actividad de su mujer, por la que está siendo investigada, y lo ubica en la investigación misma, dotándola de un carácter persecutorio contra su figura. «Buscan quebrarme», asegura. En estos términos se manifestó ayer el presidente en un acto de campaña en Benalmádena (Málaga) en el que apareció acompañado de su mujer, Begoña Gómez y en el que ubicó como único objetivo de «la máquina del fango», «su única obsesión», «derribar al Gobierno». Un Gobierno responsable de medidas como la subida del SMI, de las pensiones, que avanza en la agenda verde y feminista, entre otras cuestiones. Sánchez pidió el voto para derrotar a la «agenda reaccionaria de la internacional ultraderechista».
«Es tan burdo que se les puede volver en contra». Este es el argumento que utilizan en el entorno de Sánchez para defender que el recorrido judicial que está viviendo la mujer del presidente se utilizará como ariete electoral con sus votantes. «Cuanto más se sobreactúa, más se puede activar nuestro electorado», señalan fuentes socialistas. Ayer, Sánchez pidió combatir al «fango» que se sustenta en «bulos» con la «democracia que se sustenta en votos». «El 9J votemos para que los votos ganen a los bulos; para que haya más Europa y menos ultraderecha», sentenció.
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