El desafío independentista
Sólo 5.000 militares para 2029
Los independentistas aspiran a un «mini-ejército» con un número de soldados equivalente al de Moldavia o Estonia
La posibilidad de un Ejército catalán con unos 5.160 militares en un plazo de 15 años desde el comienzo de la independencia de Cataluña. La sectorial de Defensa de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) establece este periodo de tiempo –y en el caso de la fuerza aérea ampliable a veinte años– para poder conseguir una estructura asentada y «equiparable a los estándares internacionales» en sus tres fuerzas: la terrestre, naval y aérea. Sin embargo, sumando el número de militares que prevén conseguir en estos tres Cuerpos, Cataluña apenas superaría a países como Gabón o Benin, y quedaría por detrás de Moldavia o Estonia, por poner sólo algunos ejemplos, en lo que se refiere a número de tropas permanentes, sin contar con el cuerpo de reservistas. Y es que, a pesar de la dificultad de contabilizar el número de tropas de los países, datos de la web especializada GlobalSecurity indican que Cataluña contaría con menos efectivos permanentes que Moldavia y Estonia (unos 6.000 cada uno), y superaría por poco a países como Gabón o Níger, que no llegan a los 5.000 efectivos.
La Fuerza Terrestre, según la Sociedad de Estudios Militares, contaría en sus primera fase con unos 600 efectivos entre el Estado Mayor, el centro de Formación Militar y una Primera Unidad de Combate con la dimensión de un batallón –así como las unidades de apoyo necesarias para su funcionamiento–. Ese primer batallón, estaría compuesto por cuatro compañías de infantería que «una vez hecha la instrucción básica y a pesar de su dimensión limitada», comenzarían a especializarse en diferentes ámbitos como, por ejemplo, «las operaciones mecanizadas, de asalto aéreo, anfibias o de montaña». Pero a partir de este primer batallón «se montarían posteriormente el resto de fuerzas profesionales que, a partir de diez o quince años más, se deberían cuadruplicar aproximadamente», es decir, unos 2.400 militares. De esta forma, según el tercer documento sobre la Fuerza Terrestre de la sectorial de la ANC, se convertirían cada una de las compañías de combate iniciales en batallones, agrupados en una «brigada de combate».
La fuerza naval es la que, a priori, más tiempo necesitará para desarrollar su primera fase que «puede durar unos 10 años a partir de la independencia de Cataluña». Según el informe «Dimensionamiento de las Fuerzas de Defensa de Cataluña: La Fuerza Naval», se calcula que, entre la Academia Naval de Cataluña, el Comando de Patrulla Litoral y el personal de servicio en tierra, serían necesarios unos 600 efectivos entre oficiales y marinería, cuyo objetivo primero sería el de «asegurar el control de las aguas territoriales de Cataluña».
Una vez conseguido este primer reto, se debería acometer un «salto cualitativo» que incluiría la creación de una nueva división, el «mando de escolta» para poder llevar a cabo «guerra antisubmarina, guerra contra superficie y guerra antiaérea». Pero para eso, según el citado texto, se deberían dotar de 860 efectivos entre el Cuartel de Operaciones navales (200 personas), 3-4 corbetas polivalentes (360 personas) y Flotilla auxiliar (300 personas).
Los creadores del documento instan a alcanzar alianzas internacionales para defender el Mediterráneo, cuyas rutas de comercio marítimo se propone garantizar. La sectorial cree que la Fuerza Naval contaría finalmente con más de 1.500 efectivos, a los que se pueden sumar los reservistas entrenados.
La disponibilidad de «buenos profesionales en el caso de la aviación civil y sus servicios de apoyo» harían posible que en un plazo de tres a cuatro años se pudiera tener formada la «primera piedra» de la Fuerza Aérea Catalana.
Al concluir la primera fase, que calculan aproximadamente una década para completarla, se podrá disponer de una fuerza de profesionales en los diversos rangos y especialidades de uno 1.600 efectivos que tendrán como objetivo «controlar el espacio aéreo y las emergencias».
Para la Sociedad de Estudios Militares, en esta primera fase se deberá disponer de una academia de aviación, un mando de alerta y control (incluido un centro de mando y control aéreo), un mando de transporte, un grupo de emergencias y un mando de logística y mantenimiento, a los que habría que sumar las infraestructuras aeroportuarias de Alguaire de Lérida, Gerona, Sabadell y Reus.
Pero para la segunda fase de «proyección de fuerza y apoyo aéreo cercano», como en el resto de Cuerpos, la ANC quiere dar un «salto cualitativo» para su Fuerza Aérea con el fin de que sea «plenamente homologable con las del resto de miembros de la OTAN», para lo que se aproximarían a los 1.900 efectivos, aunque siempre con la posibilidad de ser «incrementados o reducidos» con un sistema flexible de reservistas.
Fin al «complejo de país pequeño»
La posibilidad de que la Unión Europea dejara a Cataluña fuera del abanico de Estados miembros es una preocupación latente en la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Hasta el punto de que incluso llegan a mencionar que se debe «apostar por dejar de lado el posible complejo de país pequeño» que podría tener Cataluña, una vez materializada la hipotética secesión de España. Y para justificar la creación de las Fuerzas de Defensa de Cataluña exponen como argumentos que «países de tamaño similar participan en la ONU, la OTAN y la Unión Europea» en misiones de pacificación, de suministro de ayuda humanitaria. Y que estas tareas internacionales «implican entrar en combate».
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