
La estrategia de la derecha
Tellado y Cayetana consagran el tándem "duro" del PP frente a la izquierda: "Es preferible el conflicto"
El número dos de Alberto Núñez Feijóo promete "dar la batalla de las ideas" y llegar al poder "sin atajos" ni cambios de opinión

Quién lo diría. Después de todo, resulta que Miguel Tellado, el más "leal" de todos, es un "tierno". Sí. Y los "duros" del Partido Popular, ahí donde los ven, también son "sensibles". Palabras que pronunció hoy Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz adjunto del partido en el Congreso de los Diputados, cuando consagró el tándem con el secretario general de su formación, en el hotel Four Seasons de Madrid. Desayuno de Nueva Economía Fórum. Los cenáculos de la política. Sin puro, claro.
A las nueve de la mañana, un gran salón ovalado con dos gigantescas lámparas colgadas en cada hemiciclo del techo, ponía en la puerta el cartel de 'no hay billetes' para escuchar a una dupla que prometió guerra. Cultural. Las palabras, siempre el arma más arma para combatir al adversario. La valentía como "atributo imprescindible en la vida", señaló la primera, en el discurso laudatorio sobre el segundo, el suyo general secretario.
"Si no te sometes", la izquierda "te liquida" hasta expulsarte "del tablero". Y en la disyuntiva de "sumisión y conflicto, es preferible el conflicto". Aunque la vocación de los populares, matizó Álvarez de Toledo, "no es recibir bofetadas". Pero "la vida al baño María no existe" y, menos aún, en política, donde "decir la verdad, denunciar la corrupción o defender la democracia" resulta imposible sin asumir un "coste".
Miguel Tellado, describió su pinche, "habla claro porque piensa claro". Condición "necesaria" para impulsar un cambio profundo, un "casi subversivo rearme moral" para recuperar los "principios que el populismo ha pulverizado". A través de varias anécdotas personales, tales como el viaje a Venezuela en las últimas elecciones secuestradas por Maduro, o el error de aquella enmienda que acabó por beneficiar a etarras -y que el protagonista asumió en primera persona-, Álvarez de Toledo rubricó la última cualidad: "Su decencia, su nobleza".
Cuando ella "langudecía en un escaño", frustrada como un "torerito en el tendido", fue él quien la llamó para volver al ruedo. "De no haber sido por Miguel", el Hemiciclo se hubiera perdido tantos y tan estimulantes rifirrafes con Félix Bolaños. A la soledad de Génova, la portavoz le animó: "No estás solo". Y lanzó su mensaje más esperanzador. "Vamos a sacar a España de este pozo de decadencia". Antes, censuró la absolución de Sánchez al fiscal general: "No solo pretende gobernar contra el Parlamento, sino también dictar sentencias. Los tres poderes en uno. Eso sólo tiene un nombre: dictadura. Y una única respuesta, valentía".
En su turno, el dos de Feijóo pronunció un discurso continuista en el que prometió, ante todo, "dar la batalla de las ideas". Nada de sometimiento a la izquierda, a la que abogó por "plantarle cara". Después, proyectó una oscura radiografía de la España dirigente, en plena "etapa destituyente", marcada por "ataques al sistema de libertades" desde el mismo Gobierno de la nación.
El reto de su partido, aseguró, es poco menos que "misión histórica" para "reconstruir todo lo que Sánchez ha destruido". A una "anomalía mundial", ejemplificada en el juicio que se celebra en el Tribunal Supremo al fiscal general, vislumbró una próxima legislatura que "ha de ser la reconstituyente". Un camino nuevo: "Llevar la vía Feijóo a la Moncloa para abrir una etapa luminosa".
Para entonces, aseguró "el mayor plan de regeneración institucional desde la Transición para blindar la separación de poderes, restaurar la igualdad ante la ley, garantizar la independencia de las instituciones y aplicar una política de inmigración firme que acabe con el descontrol". Eso sí, el momento llegará urnas mediante. "No queremos parecernos a lo que hay ahora".
Por eso, Tellado recetó "arrinconar al nacionalismo" y concitar una amplia mayoría que consista en "unir a la ciudadanía y a los españoles en torno a un proyecto común". Sin utilizar "atajos", alusión que se interpretó como un 'no' al hipotético pacto con Junts para una moción de censura. También rehusó tropezar con las contradicciones, piedra tan común en su partido: "Diciendo cada día una cosa y al día siguiente la contraria".
El objetivo, señaló, pasa por "sumar a cuantos más españoles, mejor". Entretanto, reconoció que al PP no le "faltan ganas para una moción de censura", pero sí "votos". Sobre los últimos movimientos del partido de Carles Puigdemont, la conclusión: "Acreditan lo que llevamos diciendo desde el inicio, que es una legislatura fallida, con un Gobierno antinatura. Porque, sin Bildu, Pedro Sánchez no habría sido presidente del Gobierno de España". Contra el "deterioro" vigente, "un Gobierno que gobierne y que deje de ser en sí mismo el problema del país".
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