ETA
Un año por cada víctima
La etarra Josefa Ernaga salió ayer de prisión tras cumplir 27 años de los casi 1.000 a los que estaba condenada por el atentado con 21 muertos de Hipercor
Poco más de un año por cada asesinato del crimen más brutal de ETA y ya está en la calle. La etarra Josefa Ernaga fue condenada a penas que suman más de 900 años por varios atentados, entre ellos el del centro comercial Hipercor de Barcelona –cometido el 18 de junio de 1987, en el que murieron 21 personas y 45 resultaron heridas–. Ernaga salió ayer de la prisión de Jaén tras cumplir 27 años y medio de condena –1,3 años por víctima–, según informó la asociación de familiares de presos Etxerat.
Josefa Ernaga fue condenada en 1989, junto a otros miembros del «comando Barcelona» de ETA, a 794 años de cárcel por su participación en el atentado contra el centro comercial de la Ciudad Condal. Además, en 1991 la Audiencia Nacional le impuso otros 142 años de cárcel por un atentado perpetrado en 1987 en el puerto de Barcelona en el que falleció un guardia civil.
Ernaga fue una de las presas de ETA que recurrió contra la llamada «doctrina Parot», cuya aplicación habría retrasado su salida de prisión hasta el 27 de agosto de 2017. Derogada dicha doctrina por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), Josefa Ernaga ha salido de prisión con la condena cumplida casi tres años antes.
Desde el año 2008, más de 250 presos de la banda están en la calle. Apenas una decena de los dirigentes históricos de ETA sigue encarcelado en estos momentos.
Josefa Ernaga, nacida en 1951 en la localidad navarra de Merkiritz, se vinculó en 1981 con el «comando Nafarroa» de ETA. En 1982 huyó de su domicilio tras la detención de Mikel Salvador, junto a quien supuestamente había participado en un atentado el 16 de abril.
Ernaga permaneció en Francia hasta diciembre de 1985, cuando la dirección de la banda le encargó preparar la infraestructura del «comando Barcelona». La primera acción que se atribuye a este comando es la explosión de un coche bomba el 13 de septiembre de 1986 al paso de un microbús de la Guardia Civil en el barrio barcelonés de Poble Nou, que causó heridos leves.
La colocación de un vehículo similar frente al cuartel de la Policía Nacional en la plaza de España, en el que murió un policía y hubo doce heridos el 14 de octubre, y de una bomba en un concesionario de Renault, que causó heridos leves el 11 de diciembre, son otros atentados del grupo ese año en Barcelona.
También se le responsabiliza de un coche bomba frente al puesto de la Guardia Civil en el puerto que mató a un policía e hirió a 17 personas el 27 de marzo de 1987, y de otro contra un vehículo de la Guardia Civil que el 2 de abril causó la muerte a un joven.
El 12 de junio una bomba colocada por el «comando Barcelona» ocasionó daños por 3.000 millones de pesetas en la empresa Empetrol, en Tarragona.
Una semana después, el «comando Barcelona» ejecutó el atentado más sanguinario de la historia la banda: la explosión de un coche bomba con veinte kilos de amosal en el aparcamiento del supermercado Hipercor de Barcelona, con 21 muertos.
Ernaga esperó tras el atentado en un piso alquilado de Barcelona a Domingo Troitiño y Caride Simón, los miembros del comando que colocaron el vehículo.
El 5 de septiembre de 1987 la Policía desarticuló el comando con la detención en un piso de la calle Mallorca de Barcelona de Troitiño, José Luis Gallastegui Lagar y Ernaga, que resultó herida en la operación. La sentencia más dura contra Ernaga fue dictada por la Audiencia Nacional el 29 de octubre de 1989 en el juicio por este atentado: 794 años de cárcel.
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