El desafío independentista
Emboscada independentista al juez Llarena en un restaurante
El juez abandonó el local de Palafrugell entre gritos de «¡las calles serán siempre nuestras»
El juez abandonó el local de Palafrugell entre gritos de «¡las calles serán siempre nuestras»
El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha vuelto a sufrir las iras del independentismo en Cataluña por su papel como instructor de la causa del «procés», que mantiene en prisión a nueve políticos soberanistas, entre ellos el ex vicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras. Si el pasado marzo los radicales separatistas catalanes pintaron consignas amenazantes a las puertas de su casa en Das (Gerona), el pasado sábado por la noche fue su presencia en un restaurante junto a unos amigos lo que provocó la airada reacción de los incondicionales del proceso independentista. Llarena y su esposa, Gema Espinosa, ex directora de la Escuela Judicial, estaban cenando junto a 15 amigos en el restaurante Can Cou-Cou de Mont-ras, en el municipio gerundense de Palafrugell. Un grupo de amigos con los que, según ha podido saber LA RAZÓN, el magistrado se suele reunir con asiduidad desde hace años.
El Comité de Defensa de la República (CDR) de la localidad dio la voz de alarma en Twitter: «Tenemos al enemigo en casa. #Llarena y #Fernández del PP cenando en #montras. No es broma». En un principio, los independentistas propagaron que entre los comensales se encontraba el ex ministro de Interior Jorge Fernández Díaz, pero en realidad se trataba de su hermano Alberto, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona.
La movilización fue inmediata, facilitada por el hecho de que en el mismo Palafrugell se estaba celebrando a esas horas –auspiciado por la Asamblea Nacional Catalana (ANC)– un «Sopar groc» (cena amarilla) en homenaje al líder soberanista Jordi Sánchez, en prisión desde octubre del pasado año por su papel en el «procés».
El propio ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemnont contribuyó a difundir las consignas de los CDR al retuitear esos mensajes sobre Llarena.
Alrededor de una veintena de independentistas se concentró a las puertas del restaurante para increpar a Llarena. El acoso se produjo cuando el magistrado abandonaba el local protegido por sus escoltas entre gritos de «¡las calles serán siempre nuestras!», llegando incluso a golpear alguno de los vehículos.
Tras conseguir su objetivo, el CDR de Palafrugell publicó un nuevo tuit con la imagen del magistrado y su esposa abandonando el lugar en su automóvil con el texto: «Si alguno dudaba de nuestras sospechas... #Llarena no eres bienvenido!».
No es la primera vez que el juez del «procés» es acosado públicamente por los independentistas. El pasado marzo, los radicales realizaron pintadas a las puertas de su casa en Gerona con amenazas como «los Països Catalans serán tu infierno» y en las que le tachaban de «fascista».
De hecho, la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) reclamó entonces a Interior –curiosamente, entre sus miembros estaba el hoy ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska– medidas de protección para Llarena. El órgano de gobierno de los jueces denunció que lo sucedido suponía «una manifiesta coacción sobre el magistrado y su familia que atenta contra el ejercicio de las funciones que tiene encomendadas como miembro y servidor del Poder Judicial».
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