Política

Cataluña

Una huelga política prevista desde el 21-S

El decreto de convocatoria desmonta que el paro sea contra la «violencia policial».

Una huelga política prevista desde el 21-S
Una huelga política prevista desde el 21-Slarazon

El decreto de convocatoria desmonta que el paro sea contra la «violencia policial».

Ni una sola protesta relacionado con los derechos de los trabajadores ni con los recortes salariales. Hay que remontarse 70 años para hallar una huelga en Cataluña con un carácter tan político como la de ayer. Se presentó como un parón «contra la represión» tras la actuación policial del pasado domingo, pero la huelga formaba parte del guión del «procés» desde hace varios días. Lo prueba el preaviso de huelga del 21 de septiembre, así como el decreto del departamento de Trabajo de la Generalitat de servicios mínimos, del 29 de septiembre, es decir, ambas fechas previas a la triste jornada del 1-O.

Los cuatro sindicatos convocantes que motivaron el decreto de servicios esenciales comparten una caracterísitica y es su simpatía por el proceso soberanista. La intersindical CSC –un sindicato «independentista y de clase»–, la Coordinadora Obrera Sindical –cuyo rango de acción son los «Països Catalans»–, la Intersindical Alternativa de Catalunya –una habitual de los actos de apoyo al referéndum por la vía unilateral– y la CGT, el sindicato que alentó, antes del 1 de octubre, la huelga general como «respuesta a las agresiones a los derechos civiles y democráticos que vive la sociedad catalana por parte del Estado».

La convocatoria de esta huelga comenzó a planificarse en los despachos del colectivo Ronda durante la campaña del referéndum y, de inmediato, halló la complicidad de la CUP, que no tardó en trasladar esta propuesta al mundo universitario.

Los convocantes plantean la posibilidad de huelgas desde ayer, 3 de octubre, hasta el próximo día 13, aunque, por el momento, no hay noticias de un nuevo parón.

CC OO y UGT se desmarcaron en un principio de esta convocatoria a cuatro manos y propusieron trasladar su presión social en el marco de la llamada «Mesa por la Democracia» para dar una respuesta conjunta contra otras asociaciones como ANC y Òmnium.