Elecciones catalanas
Xavier Albiol: El peso de las siglas del PP
El pacto del Majestic y el apoyo a CiU en el Parlament en los 90 convulsionaron a la formación que aún busca su recuperación.
El pacto del Majestic y el apoyo a CiU en el Parlament en los 90 convulsionaron a la formación que aún busca su recuperación.
Militar en el PP de Cataluña es un acto heroico. La frase corresponde a un veterano dirigente catalán del partido que siempre ha sido la «bestia negra» del nacionalismo. Nace tras la refundación de Alianza Popular en 1989 y, al igual que sucedió en el País Vasco, sus líderes han demostrado siempre unos principios arraigados y valentía indiscutible. Definido con una ideología de centro-derecha y constitucionalista, el PPC ha vivido muchos vaivenes políticos y logrado sus mejores resultados electorales con tres dirigentes: Alejo Vidal-Quadras, Jorge Fernández Díaz y Alicia Sánchez-Camacho. Su actual candidato, Xavier García-Albiol, no se amilana ante nada y soporta como nadie ataques e insultos de la cuadrilla independentista y los antisistema de las CUP. Desalojado de la Alcadía de Badalona por un infecto pacto anti-natura de cinco fuerzas radicales lucha contra las encuestas y se crece en la adversidad. Representa el coraje frente a los «escraches», que sufre estos días en propia carne.
A principios de los noventa, el PPC atravesó una profunda crisis por el choque de dos tendencias: una muy combativa contra el gobierno de Jordi Pujol liderada por Alejo Vidal-Quadras, y otra más moderada encabezada por Jorge Fernández Díaz, lo que desembocó en una gestora del ala dura del partido manejada con mano de hierro por Vidal-Quadras. La feroz oposición contra CIU logró diecisiete diputados en las elecciones autonómicas de 1995, curiosamente en la época en que el partido alcanzó su mayor cuota de impopularidad, en medio de fuertes críticas hacia el modo de dirección de Alejo. En las elecciones generales de 1996 José María obtuvo una mayoría simple y la condición de Pujol para apoyar al PP en el Congreso de los Diputados fue apartar a Vidal-Quadras. Aznar no lo dudó y le entregó su cabeza en bandeja dentro de las condiciones del Pacto del Majestic. A su vez, el PPC dio su respaldo a CIU en el Parlament de Cataluña. Alejo Vidal-Quadras fue apartado de modo fulminante y abandonó el partido.
Tras esta convulsión, el PPC entró en calma bajo la batuta de los hermanos Jorge y Alberto Fernández Díaz, cosechando en las generales del 2000 el mejor resultado de su historia en votos y escaños. Fue entonces cuando José María Aznar se deslumbró con Josep Piqué, a quien hizo ministro, y le proclamó como el líder de un nuevo proyecto de centro catalanista. A pesar de las expectativas, el proyecto Piqué fue un fracaso y el partido volvió a caer como cuarta fuerza en el Parlament. Tras un duro enfrentamiento con el secretario general nacional, Ángel Acebes, Josep Piqué presentó su dimisión irrevocable y fue sustituido temporalmente por Daniel Sirera, hasta ser elegida presidenta Alicia Sánchez-Camacho. Bajo su dirección, el PPC recuperó el puesto de tercera posición y dieciocho escaños en el Parlament. Su línea de crecimiento quedó ratificada en las municipales de 2011, ganando diez alcaldías, entre ellas la de Badalona, tercera ciudad de Cataluña, con Xavier García-Albiol en cabeza.
En las elecciones generales del mismo año los populares fueron tercera fuerza en las cuatro circunscripciones catalanas y obtuvieron once diputados, el segundo mejor resultado de su historia. El cabeza de lista por Barcelona, Jorge Fernández Díaz, uno de los hombres de mayor confianza de Mariano Rajoy, fue nombrado ministro del Interior. Desde entonces, el presidente del gobierno y sus ministros intensificaron su presencia en Cataluña e intentaron, sin éxito, un diálogo sensato con los presidentes de La Generalitat, Artur Mas y Carles Puigdemont. A la vista está el desastroso resultado por los desafíos y la hoja de ruta separatista de ambos que ha llevado a la actual situación.
Tradicionalmente el Partido Popular de Cataluña ha sido estigmatizado por el nacionalismo como el culpable de todos los males en Cataluña. Su actual candidato, García-Albiol, afronta una difícil encrucijada apoyado claramente por Mariano Rajoy y nuevos rostros como Dolors Montserrat o Andrea Levy. Su defensa del 155 para recuperar la normalidad institucional, estabilidad económica y dar voz a todos los catalanes que se sienten españoles, es su gran baza.
Soporta estoicamente los ataques de los medios públicos catalanes adoctrinados por los independentistas y mira para otro lado ante las encuestas que le auguran una bajada en escaños. Se diría que los populares de Cataluña están, a lo largo de su historia, acostumbrados a sufrir.
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