Encuesta electoral
Y los votantes de Cs vuelven a PP y PSOE
El 11,1% de sus apoyos iría a la abstención mientras que el 8,3% de los electores naranjas apoyaría ahora al PP.
El 11,1% de sus apoyos iría a la abstención mientras que el 8,3% de los electores naranjas apoyaría ahora al PP.
Desde las elecciones generales de 2015 y 2016, Ciudadanos ha contado entre sus electores con una mayoría de ex votantes del PP. En el último año hemos asistido a un descenso constante del PP, erosionado continuamente por el intento de golpe de Estado en Cataluña. Con la aceleración del «procés» iniciada ahora hace un año por el irresponsable y desleal máximo representante del Estado en Cataluña, Carlos Puigdemont, el PP comienza a sufrir un importante deterioro electoral al transferirse en masa votantes populares al partido de Rivera. Ciudadanos capta a centenares de miles de votantes del PP atraídos por su discurso beligerante con los independentistas.
En el pasado mes de mayo Ciudadanos alcanzó su cénit electoral. Era ya desde abril la segunda candidatura más votada. Había superado al PSOE. Los naranjas contaban en mayo con el 24,4% del voto nacional y acumulaban 5,5 millones de votantes. Los populares se mantenían como primera fuerza política con el 25,6% del voto y 5,8 millones de votos.
Pero ha bastado solo un mes para poner fin al crecimiento imparable de Cs y devolverlo a la tercera posición. La moción de censura ha sido determinante, siendo el partido más afectado Ciudadanos que baja 3,4 puntos porcentuales y pierde 9 escaños.
Mientras que el PP, que ha soportado en los últimos días la sentencia del «caso Gürtel», la pérdida de la moción de censura y la consiguiente salida del Gobierno, y la despedida de Rajoy también como presidente del partido, se mantiene en un nivel de voto semejante al mes anterior y sigue siendo la primera fuerza política nacional.
El debilitamiento de Ciudadanos se constata al observar que solo conserva el 76% de sus votantes del 26-J; el 11,1% de sus votantes opta ahora por la abstención; el 8,3% por votar al PP y el 3,2% por el PSOE. Previamente a la moción de censura el partido naranja conservaba el 89,1% de sus votantes, enviaba a la abstención tan solo al 6,5%, al PP el 2,2% y al PSOE el 1,6%.
Ciudadanos acusa la deserción de votantes hacia el PP y el PSOE. En tan solo un mes los porcentajes de huida se han multiplicado y ha bajado 13,1 puntos la fidelización de su electorado. En este periodo Cs ha visto reducido su electorado en 936.000 votantes, 427.000 de los cuales han sido recuperados por el bipartidismo, regresan al PP y PSOE. El resto marcha a la abstención y a otros partidos minoritarios.
El lastre que impide un mejor resultado del PP es el crecimiento de la abstención, que supera al voto que recuperan los populares de los naranja. De mayo a junio el porcentaje de votantes populares que anuncia que se abstendrá, ha pasado del 7,2% al 14,1%. Es un importante incremento de 6,9 puntos, circunstancia que no es nueva y acompaña a los populares durante un tiempo breve y del que se sobrepone, tras algún escándalo, como fue la detención el pasado 22 de mayo de Zaplana o la sentencia Gürtel dada a conocer dos días más tarde. A este elemento hay que sumar el proceso de sucesión que se abre ante el partido y al que renuncia el presidente Rajoy.
El mantenimiento del PP, unido al avance de Podemos, que pasa del 15,8% al 16,7% del voto, impide que el PSOE pueda conseguir un mejor resultado en estos primeros días de llegada al gobierno. Los socialistas mejoran 1,3 puntos con respecto a mayo.
La incógnita sobre si está o no dispuesto el PSOE a pagar un peaje a los independentistas impide un mayor crecimiento de la formación recién llegada al gobierno. La «investidura» paralela que ha supuesto la moción de censura, solo ha sido viable con el apoyo de los principales partidos que han intentado separar Cataluña de España; ERC y PDeCAT. No obstante el precio tan elevado que pagaría el PSOE si se plegase a las exigencias de los sublevados debería disuadir al nuevo gobierno de aventuras y buscar vías alternativas, cuando tan solo hay una solución, que los rebeldes depongan su actitud y vuelvan al Estatuto de Autonomía y a la Constitución.
El mayor riesgo que tiene el PSOE es equivocarse en la tarea de devolver las instituciones catalanas a la legalidad. Cualquier cesión sería inmediatamente rentabilizada por el PP que ya puede igualar o incluso superar en firmeza al discurso constitucionalista de Ciudadanos, atrayendo votantes naranja hacia los populares, al tiempo que los de Rivera podrán incrementar su electorado con más votantes socialistas. La consecuencia sería un fortalecimiento del centro derecha que les aseguraría la mayoría absoluta en las próximas elecciones generales de 2020 o si se anticipan.
Otro frente que se abrirá irremediablemente es con Podemos, que ha quedado como la única izquierda en la oposición. De momento se constata que el PSOE ha reducido la fuga de votantes a la formación morada, pasando del 3,1% el mes anterior al presente 1,2%. En número de votantes, se ha pasado de 171.000 en mayo, a solo 66.000 en junio.
El Partido Socialista se fortalece incrementando el porcentaje de sus votantes que volverían a hacerlo del 75,5% de mayo al actual 79,8%. Al tiempo que reduce el porcentaje de fugas de votantes a la formación naranja del 11,0% al 6,0%, y hacia Podemos del 3,1% al 1,2%.
Incrementa también el índice de votantes leales, los que volverían a votar al PSOE, que pasa del 75,5% al 79,8%, con una ganancia neta de 4,3 puntos.
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