Doctrina Parot

«¿Zubieta?, quizás venga más tarde»

En Lecumberri, el pueblo del etarra, al que ha vuelto tras ser excarcelado, existe un completo mutismo sobre el autor de la masacre de Vic

Una imagen de los instantes que siguieron al atentado de Vic
Una imagen de los instantes que siguieron al atentado de Viclarazon

El etarra Juan José Zubieta Zubeldía, condenado por el atentado contra la Casa Cuartel de Vic, en el que murieron nueve personas, cinco de ellas niños, ha vuelto a su localidad natal, Lecumberri, donde también participó en el bombardeo con granadas de la Casa Cuartel de la localidad. En abril de 1990, cuando Zubieta pertenecía al «comando Nafarroa», fue uno de los etarras que lanzó seis granadas contra el cuartel de su pueblo, hiriendo a cinco agentes de la Guardia Civil. El edificio había sido atacado previamente por la banda ETA en 1983 y entonces resultó herida una niña de cinco meses. «Ni puedo, ni quiero dar ninguna información sobre ese hombre», contestaron a LA RAZÓN en la Casa Cuartel dos veces atacada por ETA. Tampoco hablan de él en los bares del pueblo. Sólo en «Lekunberri Taberna» comentan que «quizás venga más tarde». Una mujer que trabaja en el bar Orrea ni siquiera sabe quién es Juan José Zubieta y tiene que preguntar. «Es uno que ha vuelto ahora», le aclara otra persona que atiende el bar.

En Lecumberri, Zubieta se encuentra arropado por una población mayoritariamente abertzale. Sin duda, más respaldado que los guardias civiles destinados en el cuartel, ya que el municipio está gobernado por un alcalde que fue parlamentario de Eusko Alkartasuna, José María Aierdi, que ha demostrado su rechazo a la Guardia Civil hasta con denuncias públicas por prácticas de tiro. En las últimas elecciones municipales, 415 vecinos apoyaron al alcalde, que se presentó por la coalición Lekumberriko Taldea, y 232 votaron a Bildu. El PP obtuvo 54 votos y los socialistas ni siquiera existen en el municipio. Un lugar hostil para una Casa Cuartel atacada en dos ocasiones por ETA, pero no para quien, como el etarra recién excarcelado, participó en uno de los atentados.

Lecumberri no es el único municipio en el que las víctimas tienen menos apoyo que los terroristas excarcelados. En Azpeitia, el asesino de «Yoyes», la ex dirigente de ETA que quiso abandonar el terrorismo y dedicarse a cuidar a su hijo, Juan Carlos Arruti Aizpitarte, también está respaldado por un gobierno municipal de Bildu. «Paterra», como se le conoce a Arruti Aizpitarte, participó en su propio pueblo en el asesinato de Ignacio Lasa Rezola, pero los vecinos no le guardan especial rencor. En la corporación municipal de Azpeitia no hay ni un solo concejal no nacionalista. Gobierna Bildu, con once concejales, el PNV tiene tres representantes y Hamaikabat, uno. Allí, nadie sabe nada de la familia de Ignacio Lasa de Rezola, asesinado el 6 de diciembre de 1980 por Arruti Aizpitarte cuando leía el periódico en el bar de su propiedad.

Ni Juan Carlos Urruti, al que se pudo ver tomando un vino en un bar de Córdoba, nada más salir de prisión, ni Juan José Zubieta, se dejan ver demasiado en sus localidades de origen. Tampoco la primera terrorista excarcelada, Inés del Rio, se ha relacionado en su localidad natal, el municipio navarro de Tafalla, ni en Pamplona, donde vive su hermana Cristina, cuya dirección fue facilitada por ella misma en la prisión de Texeiro como su domicilio de residencia.

Contrapunto de etarras

Sin embargo, no perdió tiempo en recurrir en recurrir ante la propia Audiencia Nacional la negativa a darle la indemnización de 30.000 euros fijada por permanecer en prisión cinco años más de lo que hubiera estado encarcelada si no se le hubiera aplicado la «doctrina Parot». Esa petición se le denegó.

res etarras arrepentidos, que se acogieron en su momento a la «Vía Nanclares», participaron esta semana en homenajes a víctimas. Iñaki Rekarte, cuya excarcelación fue ordenada el pasado martes por la Audiencia Nacional, participaba el viernes en Vitoria en un acto junto con víctimas del terrorismo organizado por la Fundación Fernando Buesa. Rekarte es uno de los pocos etarras que se ha arrepentido públicamente y fue expulsado del colectivo de presos de ETA en enero de 2010. Condenado a más de doscientos años de prisión por un atentado con coche bomba cometido en Santander en 1992 en el que murieron tres personas y tras veintiún años en la cárcel, Rekarte, nacido en Irún en una familia no nacionalista, cuenta ahora que fueron las circunstancias de la vida las que le llevaron a ETA. Otros terroristas arrepentidos, como la que fuera jefa de los «comandos liberados», Carmen Gisasola, o Andoni Alza, participaron también el viernes en Bilbao en el homenaje al sargento mayor de la Ertzaintza, Joseba Goikoetxea, asesinado por ETA hace veinte años.

El retorno del asesino

Miembro del «comando Nafarroa» y del «comando Barcelona», Juan José Zubieta Zubeldía fue detenido tras cometer el atentado de la casa-cuartel de Vich, en el que murieron 10 personas (cinco de ellos menores). Fue condenado en junio de 1993 a 1.311 años de cárcel.