Estambul: la esperanza es lo último que se pierde

BUENOS AIRES- La conferencia de prensa que ofreció la candidatura de Estambul reflejaba el ambiente de derrota de quienes saben que han perdido su oportunidad en unos meses. Sin embargo, como la esperanza es lo último que se pierde, el presidente de Estambul 2020, Hasan Arat, insistió en su mensaje de puente entre dos continentes y de promesa de futuro, ya que casi la mitad de la población turca tiene menos de 25 años.

Tras un vídeo como aperitivo de la presentación que inaugurarán en primer lugar esta mañana, los turcos repitieron su gran baza: que la ciudad está en dos continentes y que, después de cinco intentos y veinte años intentándolo, la ciudad está preparada para ser olímpica. Asimismo, y en la línea de lo que hizo Río de Janeiro en 2016, Estambul 2020 se lanzó a anunciar una batería de «exclusivas» que tendrían los Juegos en su ciudad: los primeros en dos continentes; los primeros en Turquía; los primeros en una nación musulmana; los primeros con una población tan joven y los primeros bajo la ley olímpica que aprobó este año el parlamento turco y que el Comité Olímpico Internacional (COI) criticó por excesiva.

Sin embargo, a la hora de responder a la Prensa, Arat se desinfló. Pregunta tras pregunta, todas ellas encaminadas a las dudas sobre las revueltas sociales en la capital turca y los casos de dopaje generalizados, el presidente de la candidatura volvía a su discurso inicial. Hasta el punto de que, cuando preguntaron si su mensaje de los dos continentes sería suficiente para el COI como para obviar los muchos flecos que le quedan a la candidatura –tráfico, infraestructuras sin terminar...–, repitió de nuevo que «nunca se ha hecho en un lugar así».

Un discurso que entre los periodistas turcos se escuchaba con escepticismo. «Después de cinco intentos creo que esta era nuestra mejor oportunidad y en sólo dos meses nos hemos hundido», comentaba desesperanzado un corresponsal, que consideraba que no habrá una sexta candidatura de momento, dado el gran rechazo social que se ha generado hacia el gobierno a raíz de la actuación policial en las protestas de la plaza Tahir, que minaron la imagen de la ciudad.