Educación

Aprende a jugar con tu hijos este verano

Las vacaciones son momentos irrepetibles para pasar tiempo de calidad con los hijos

Aprende a jugar con tu hijos este verano
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Hay veces que no es sencillo jugar con los niños. La Dra. Gamazo, psiquiatra infantil, ofrece algunos consejos para que los padres eviten errores comunes en el momento de jugar con sus hijos. De este modo, podemos saber cómo actuar para que el niño aprenda a través del juego.

Hay veces que no es sencillo jugar con los niños. La Dra. Gamazo, psiquiatra infantil, ofrece algunos consejos para que los padres eviten errores comunes en el momento de jugar con sus hijos. De este modo, podemos saber cómo actuar para que el niño aprenda a través del juego.

Seguir la iniciativa del juego del niño

En algunos casos los padres estructuran el juego de los niños, dándoles instrucciones sobre cómo hacer algo. Es frecuente indicar cómo hacer un puzzle o como construir un castillo para darle un cierto valor al juego.

Desafortunadamente, estas indicaciones durante el juego acaban causando que la experiencia, tanto del niño como del adulto, sea poco positiva. Por ejemplo, en la distribución de una casa de muñecas los padres pueden indicar dónde poner los utensilios de cocina o los muebles para darle un sentido. Esto puede desinteresar al niño e impedir que utilice su imaginación, con camas que vuelan o muebles en distintas habitaciones.

No es recomendable enseñar nada durante el juego, sino que es preferible seguir las acciones del niño y hacer caso a lo que pida. Observando, permitimos al niño ejercer su imaginación, involucrándose e interesándose más por el juego. Esto le beneficiará, permitiéndole pensar de forma independiente y dándole mayores habilidades para jugar. Es importante permitir que el niño juegue con su imaginación.

Sigue su ritmo de juego

Cuando los niños pequeños juegan es típico que repitan la misma actividad de forma constante, de la misma manera que es común que pidan leer el mismo cuento una y otra vez. Esto puede aburrir a los padres, que a veces intentan introducir una nueva idea o juego. Esto no es recomendable, ya que los niños necesitan practicar y ensayar una actividad para sentir que la han dominado. Si se les manda hacer una nueva a destiempo, puede ser que se sientan sin capacidad para hacerla, frustrados o inseguros por un reto demasiado grande. Es importante dar tiempo al niño para que use su imaginación y que sea él el que decida si quiere hacer una actividad distinta.

Evitar conflictos de poder

A veces algunos padres, sin darse cuenta, tienen un conflicto con sus niños por decidir quién ganó un juego o cuáles son las reglas. Es importante evitar tener una relación competitiva. Se debe fomentar los sentimientos de logro e independencia de los niños, dándoles una oportunidad legítima de autoridad, control y poder. En un juego los niños pueden crear sus propias reglas y si los padres cooperan con ellas fomentaran esa aceptación. De tal forma, es posible que ellos sigan las reglas que se les puedan imponer en un futuro.

Sensibilidad ante los signos de tu hijo

Los juegos deben adecuarse al nivel de desarrollo del niño. Por ejemplo, un padre podría intentar hacer un puzzle con su hijo de 3 años, pensando que este está listo. Si el niño se resiste es posible que no esté preparado para la actividad y se frustre porque no lo entiende. Los padres se tienen que fijar en los signos que dan los niños. Si no están interesados en un juego se le puede proponer otro y si muestran interés apoyarles en esa actividad. Lo importante es que el niño tenga tiempo para pensar, explorar y adquirir experiencia.

Elogia y fomenta su creatividad

Es habitual caer en la trampa de corregir a tus hijos cuando están jugando. Estas críticas a la larga provocan que los niños duden de sus ideas, dejen de explorar y de jugar con los juguetes. Los juegos de los niños no necesariamente tendrán sentido pero se deben elogiar sus ideas, pensamientos y conductas. Hay múltiples habilidades de tu hijo que puedes reforzar, como la concentración, invención, persistencia, motivación, etc. Para practicarlo, se puede elogiar alguna conducta del niño cada dos o tres minutos.

Dra. Pilar Gamazo Garrán está en TopDoctors