
Maternidad
Estas son las hortalizas que debes evitar durante la lactancia: Precauciones con el consumo de nitratos
Cuando se está amamantando a un bebé, es fundamental tener en cuenta los alimentos que se consumen

Cuando se está amamantando a un bebé, es fundamental tener en cuenta los alimentos que se consumen, ya que ciertos compuestos en los alimentos pueden afectar tanto a la madre como al lactante. Un componente a tener en cuenta son los nitratos, que se encuentran en muchas hortalizas, especialmente en aquellas de hoja verde. La Asociación Española de Pediatría ha señalado cuáles son las hortalizas que deben evitarse durante la lactancia.
¿Qué son los nitratos?
Los nitratos son compuestos presentes de manera natural en las plantas y en algunos alimentos. Se producen durante el metabolismo vegetal, acumulándose principalmente en las hojas de las plantas. Aunque en su forma original los nitratos son relativamente inofensivos, cuando se reducen a nitritos, pueden convertirse en una amenaza para la salud, especialmente para los lactantes y niños pequeños.
Efectos de los nitratos y nitritos sobre la salud
El peligro radica en que los nitritos, producidos de manera natural en los alimentos o dentro del cuerpo, pueden interferir con la capacidad de los glóbulos rojos para transportar oxígeno. Esto puede dar lugar a una afección grave conocida como metahemoglobinemia o el "síndrome del niño azul", una condición que reduce el oxígeno en los tejidos y puede llevar a síntomas como coloración azulada de la piel, irritabilidad, dificultad respiratoria e incluso problemas cardíacos graves.
Hortalizas con alto contenido de nitratos
Algunas hortalizas, en particular las de hoja verde, tienen una gran capacidad para acumular nitratos. Estas incluyen:
- Espinacas
- Acelgas
- Borraja
El consumo de estas verduras debe ser limitado, especialmente en el caso de lactantes y niños menores de tres años, quienes son los más vulnerables a los efectos adversos de los nitritos.
Recomendaciones para el consumo de hortalizas durante la lactancia
1. Evitar Espinacas y Acelgas en el Primer Año de Vida
Tanto la espinaca como la acelga deben evitarse completamente durante los primeros 12 meses de vida del lactante. En caso de que se decida introducirlas antes del primer año, es recomendable no superar los 35 gramos al día.
2. Consumo Moderado en Niños de 1 a 3 Años
A partir del primer año, los niños pueden empezar a consumir espinacas y acelgas, pero en cantidades limitadas. La cantidad recomendada es de menos de 45 gramos al día. Además, estos alimentos deben evitarse en niños que presenten infecciones gastrointestinales bacterianas, ya que en estos casos la capacidad del cuerpo para procesar los nitratos se ve comprometida.
3. No Incluir Borraja Antes de los 3 Años
La borraja es otra hortaliza de hoja que puede acumular nitratos en grandes cantidades. Se recomienda evitarla completamente antes de los 3 años de edad, ya que su consumo en esta etapa puede representar un riesgo para la salud del niño.
¿Cómo reducir el riesgo de los nitratos?
Existen varios métodos para minimizar la exposición a los nitratos en las hortalizas, tanto al momento de la compra como en la preparación de los alimentos:
- Almacenamiento adecuado: Es fundamental guardar las hortalizas cocidas en el refrigerador, especialmente si no se van a consumir de inmediato. Si no se van a consumir en el mismo día, lo mejor es congelarlas.
- Cocción adecuada: La cocción de las verduras ayuda a reducir el contenido de nitratos, siempre y cuando se deseche el agua resultante del proceso. El lavado y la cocción en agua hirviendo también son efectivos para disminuir los niveles de nitratos.
- Condiciones de cultivo: El contenido de nitratos puede variar dependiendo de factores como la cantidad de sol, la temperatura ambiente y el tiempo de almacenamiento. Por lo tanto, es importante estar consciente de estos factores a la hora de elegir y almacenar hortalizas.
El consumo de hortalizas de hoja verde como espinacas, acelgas y borraja debe ser cuidadosamente gestionado durante la lactancia, especialmente en los primeros años de vida del bebé. Aunque los nitratos no son inherentemente peligrosos, la conversión a nitritos en el organismo puede poner en riesgo la salud del lactante. Siguiendo las recomendaciones de expertos y adoptando buenas prácticas de almacenamiento y preparación, se puede reducir significativamente el riesgo y garantizar una dieta segura tanto para la madre como para el bebé.
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