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Psicología

El hijo con el que más discutes podría ser el que más se parece a ti, según una psicóloga

Carola Salgado, explica en su cuenta de TikTok por qué el hijo con el que más discutes suele ser tu espejo emocional y cómo mejorar la relación familiar

Madre discutiendo con hija RDNE Stock project

Las relaciones familiares, aunque llenas de amor, también pueden convertirse en un verdadero desafío. Las discusiones entre padres e hijos son algo cotidiano y, aunque a veces surgen por motivos aparentemente insignificantes, pueden generar tensiones que afectan la armonía del hogar.

Especialmente en la adolescencia, llevar la contraria a los padres es una conducta frecuente. Sin embargo, este comportamiento podría tener un trasfondo más profundo de lo que se cree. Diversos estudios en psicología señalan que estos enfrentamientos son, en muchos casos, un reflejo de aspectos personales que los progenitores no han aprendido a gestionar.

Una revelación que se ha hecho viral en redes sociales

Carola Salgado, psicóloga sanitaria especializada en ansiedad, autoestima, relaciones y salud mental infantil, ha compartido un análisis sobre este fenómeno en sus redes sociales. En un vídeo publicado en TikTok, que ya supera el millón de visualizaciones, Salgado lanzó una reflexión que ha hecho que muchos padres se replanteen su vínculo con sus hijos. “¿Sabías que el hijo con el que más discutes probablemente sea el que más se parece a ti?”, afirma la experta. “No es rebeldía, es un reflejo tuyo. Muchas veces lo que más nos molesta de los demás es aquello que no sabemos gestionar en nosotros mismos”.

Según Salgado, educar no solo implica guiar, sino también mirarse a uno mismo. A veces, lo más difícil de acompañar en un hijo es precisamente lo que nunca supimos acompañar en nuestra propia infancia.

Cómo mejorar la comunicación familiar

Entender que los conflictos pueden estar ligados a similitudes de personalidad entre padres e hijos es el primer paso para reducir tensiones. Los psicólogos recomiendan aplicar herramientas de comunicación efectiva, desarrollar la empatía y trabajar en la gestión emocional.

Al reconocer este patrón, es posible reaccionar con mayor calma, evitar escaladas innecesarias y fortalecer el vínculo familiar.