El árbitro del partido Rayo-Albacete, José Antonio López Toca, recoge en el acta los cánticos que le motivaron a suspender el encuentro. Ordena la primera parada en el minuto 38:35 de partido al observar una pancarta de grandes dimensiones en la que se podía leer “Evitar que un nazi vista la franja”. No había en ese texto ninguna referencia personal a Zozulya. Aunque añade que desde el único fondo habitado del estadio salían gritos como “El que no baile es un fascista” o “El que no baile es Roman Zozulya”. Ése fue el cántico más ofensivo que se escuchó antes de la primera parada. Un cántico que se puede escuchar en cualquier campo referido a los aficionados del equipo contrario.

“En ese minuto 38:53, decidí detener el encuentro y ordenar al delegado de campo, D. Miguel A. Ortiz Rodrigo, que se debía retirar dicha pancarta, a la vez que le indiqué que se transmitiera a través de la megafonía del estadio un mensaje para que cesaran los cánticos y comportamientos anteriormente descritos”, recoge el acta.

La pancarta se retiró y cesaron los cánticos. Después de 50 segundos de parón el partido se reanudó y en el 42:24 llegó otra parada. "Desde el mismo fondo se estaban realizando los siguientes cánticos: “Roman Zozulya, un puto nazi”, explica el árbitro en el acta. “por ello, comuniqué al Delegado de Campo que si dichos cánticos no cesaban me vería obligado a suspender el partido. Le indiqué que se transmitiera este mensaje y la posibilidad de suspensión del partido por megafonía. El juego estuvo detenido durante aproximadamente un minuto y 15 segundos”, dice el acta del partido.

La coordinadora de seguridad le comunicó que no podía garantizar la seguridad de los participantes en el encuentro. El árbitro sugirió el desalojo del fondo donde se sitúan los “Bukaneros”, pero la coordinadora de seguridad lo descartó por falta de efectivos policiales suficientes. “El equipo visitante nos comunicó que el estado de ánimo del afectado y del resto de los jugadores no era el adecuado para continuar el encuentro", dice López Toca. El Rayo ofreció jugar la segunda parte a puerta cerrada, pero se descartó también por la coordinadora de seguridad.

Ante la falta de alternativas viables, el árbitro decidió suspender el encuentro definitivamente.