Así es el nuevo Código Trauma, un protocolo pionero para salvar vidas en Galicia

Cada minuto cuenta. En los primeros instantes tras un grave accidente, cuando el corazón y el cuerpo luchan por sostenerse, el tiempo se convierte en la frontera entre la vida y la muerte. En ese breve suspiro, la medicina de urgencias despliega todo su poder. Un motivo por el que Galicia ha decidido ahora reforzar esa primera línea de combate con una herramienta innovadora: el Código Trauma Grave.

Presentado este miércoles por el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, el nuevo protocolo asistencial busca mejorar la atención urgente de cerca de 3.000 pacientes al año que sufran traumatismos graves, ya sea por accidentes de tráfico, caídas, quemaduras o situaciones de emergencia con riesgo vital. Se trata de una medida pionera a nivel autonómico, que por primera vez incluye a la población pediátrica en un código de patología tiempo-dependiente.

Primeros 60 minutos

Acompañado por responsables del Sergas, del 061 y del equipo científico-técnico que ha elaborado el documento, Gómez Caamaño explicó que este tipo de lesiones afectan a más de un órgano o suponen un riesgo vital inmediato. “Los primeros 60 minutos son cruciales”, subrayó, refiriéndose a la llamada golden hour, la ventana crítica en la que actuar con rapidez marca la diferencia.

En Galicia, según datos del Sergas, entre 2021 y 2024 se detectaron cerca de 12.000 posibles casos de trauma grave, una media de 3.000 al año, cifra que da idea del impacto potencial del nuevo protocolo, que entrará en vigor el 15 de julio.

Sexto código para urgencias vitales

Con esta medida, Galicia completa su red de códigos asistenciales de atención urgente, sumando el del trauma grave a los ya existentes para infarto de miocardio, ictus, sepsis, anafilaxia y shock cardiogénico.

El nuevo protocolo supone un avance relevante, ya que es el primero que contempla expresamente la atención pediátrica, teniendo en cuenta las diferencias anatómicas y fisiológicas que presentan los niños y que condicionan su diagnóstico y tratamiento. “Era necesario adaptar la respuesta sanitaria a estos casos únicos”, afirma el conselleiro.

Qué establece el Código Trauma Grave

La iniciativa fija una serie de pautas, prioridades y circuitos asistenciales para garantizar que todo el sistema sanitario se active de forma rápida y coordinada ante un caso de trauma grave. El objetivo: reducir la mortalidad, las secuelas y el tiempo de atención desde el primer minuto.

Entre los aspectos que contempla el código figuran:

• Criterios de activación, como alteración del nivel de consciencia, fracturas múltiples, lesiones medulares o mecanismos de alta energía (como un accidente de tráfico).
• Movilización urgente del 061, que evaluará, estabilizará y coordinará el traslado del paciente al hospital más adecuado.
• Activación del equipo hospitalario antes de la llegada del paciente, para tener listos los recursos necesarios: quirófano, personal, pruebas diagnósticas o espacio habilitado.

“Se trata de un protocolo que involucra a todos los niveles del sistema de salud: desde el personal de urgencias extrahospitalarias y del 061 hasta médicos, enfermeros y celadores que estarán preparados para actuar sin pérdida de tiempo”, explicó Gómez Caamaño.

Un esfuerzo colectivo con respaldo científico

El titular de Sanidade quiso poner en valor el trabajo detrás de este avance: más de 30 profesionales participaron en su elaboración, bajo la coordinación de Raquel Vázquez y Sonia Fernández, de la Dirección Xeral de Asistencia Sanitaria, y con el liderazgo científico de José Manuel Fandiño. Todo el proceso ha contado además con el aval de once sociedades científicas.

“Este código es un logro colectivo que refleja lo mejor de nuestro sistema sanitario: preparación, compromiso y trabajo en equipo”, afirmó el conselleiro, que tras la rueda de prensa participó en la jornada técnica Código Trauma Grave: coordinados, salvamos vidas, dirigida a profesionales del sector.

Durante el encuentro, se celebraron dos mesas científicas centradas en los protocolos para adultos y pediátricos, consolidando así el nuevo enfoque integral que introduce Galicia.