Camino de Santiago

El Camino no termina en Santiago: jóvenes gallegos del exterior redescubren Galicia tras completar la ruta xacobea

Casi un centenar de jóvenes gallegos procedentes de siete países participaron en la 35.ª edición de “Conecta con Galicia en el Camino”

Mujer caminando con mochila junto a una señal del Camino de Santiago con cielo azul de fondo.
El Camino no termina en Santiago: jóvenes gallegos del exterior redescubren Galicia tras completar la ruta xacobea@caminodesantiagopage

El Camino de Santiago está dejando de ser simplemente el final de un viaje para convertirse en el punto de partida. Lo saben bien los casi cien jóvenes gallegos del exterior que esta semana culminaron su participación en el programa “Conecta con Galicia en el Camino”, una iniciativa de la Xunta que busca estrechar la relación entre la juventud emigrada y su tierra de origen.

Procedentes de siete países, estos participantes completaron más de 100 kilómetros de las rutas xacobeas, recorriendo tanto el Camino Portugués como la Vía de la Plata.

El conselleiro de Emprego, Comercio e Emigración, José González, los recibió hoy en Compostela y destacó el valor simbólico del Camino como vía de retorno afectivo y de descubrimiento de una Galicia moderna, abierta y llena de oportunidades.

Les recordó, además, que la comunidad siempre tendrá las puertas abiertas para quienes decidan volver, gracias a programas de apoyo como las Bolsas Beme o el plan Retorna Califica Emprego.

Pero muchos de estos jóvenes no se quedaron solo con la experiencia oficial del programa. Como otros miles de peregrinos cada año, optaron por prolongar su estancia y seguir descubriendo Galicia sin mochilas ni etapas. El llamado turismo de continuidad es una tendencia en auge que está transformando el modelo turístico gallego.

Una vez completado el Camino, son cada vez más los visitantes que se quedan en Galicia para explorar otros rincones de la comunidad. Este perfil de viajero post-Camino abarca desde mayores que hicieron la ruta por etapas hasta jóvenes adeptos al slow travel que buscan autenticidad y contacto real con la cultura local.

El impacto económico de esta prolongación de la experiencia es notable, especialmente en las zonas rurales, donde casas de turismo activo, pequeños comercios y bodegas están viendo aumentar su actividad.

Empresas de alquiler de coches y servicios turísticos también se han adaptado a esta nueva demanda, ofreciendo mayor flexibilidad y herramientas digitales para facilitar el viaje.