Aurora boreal
Y el cielo de Galicia se tiñó de rojo
Tras observarse ya en mayo, los científicos estiman que este periodo de actividad máxima se extenderá, al menos, hasta inicios del próximo año
Las auroras boreales, también conocidas como luces del norte, son uno de los fenómenos naturales más impresionantes del planeta. Se producen cuando partículas cargadas provenientes del sol chocan con la magnetosfera de la Tierra, interactuando con gases como el oxígeno y el nitrógeno. Esto genera luces en el cielo que varían en color, desde tonos verdes hasta rojos y violetas, dependiendo de la altitud y el tipo de gas con el que interactúan.
Aunque este espectáculo es común en regiones cercanas al Polo Norte, como Noruega o Canadá, se puede observar en latitudes más bajas.
En este sentido, Galicia fue testigo este fin de semana de ese fenómeno poco habitual: una aurora boreal visible en distintas partes de la comunidad. En diversos puntos de la Comunidad el cielo se tiñó de tonos rojizos, sorprendiendo a residentes y astrónomos, que pudieron disfrutar de un fenómeno que se había observado ya en mayo.
La culpable fue una tormenta solar de enormes dimensiones que se producía a principios de octubre y cuyas partículas comenzaron a llegar estos días a la atmósfera, ocasionando auroras boreales en localizaciones mucho más al sur de lo que es habitual.
El sol, apuntan los científicos, se encuentra próximo a su periodo de mayor actividad, lo que está provocando las mayores tormentas solares de las últimas décadas. Más intensa que la actual fue la del pasado mes de mayo, cuando las auroras pudieron verse también en Galicia durante varios días.
Este periodo de actividad máxima se estima que se extenderá, al menos, hasta inicios del próximo año. Las auroras se producen cuando las partículas procedentes de las tormentas solares son atraídas por el campo magnético de la Tierra que, a su vez, las desplaza hacia los polos. La energía, observable en forma de luz, se libera cuando estas partículas interactúan con la atmósfera.
Dado que las partículas se desvían habitualmente hacia los polos por el campo magnético de la tierra, es en estos lugares donde es más frecuente ver auroras. Además, el color de las auroras depende de la altitud de observación, por lo que suelen ser verdes más al norte y adquirir tonos rojizos o morados a medida que se observan más hacia el sur.
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