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Lujo

El megayate de 500 millones del emir de Catar sorprende fondeado en las Cíes

Este palacio flotante de 123 metros visible desde Vigo, fondeó frente a Monteagudo tras llegar desde Málaga

Imagen de archivo del yate. Wikipedia

El archipiélago de las Cíes se convirtió esta semana en el escenario de un llamativo espectáculo: la presencia del “Al Lusail”, el megayate del emir de Catar, Tamim bin Hamad Al Thani, una de las embarcaciones privadas más exclusivas y costosas.

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El buque, valorado en unos 500 millones de dólares, permaneció fondeado frente a la isla de Monteagudo procedente de Málaga. No es la primera vez que este enclave natural reúne embarcaciones de lujo, pero pocas alcanzan las dimensiones y singularidades del “Al Lusail”, un auténtico coloso de 123 metros de eslora y cerca de 8.500 toneladas de peso.

Seis cubiertas y comodidades imposibles

Construido en 2017 por los prestigiosos astilleros alemanes Lürssen y diseñado por el estudio británico H2 Yacht Design, el “Al Lusail” está concebido para la máxima ostentación y confort. Sus interiores, firmados por la empresa londinense March & White, incluyen 18 suites, 28 camarotes, cinco cocinas y capacidad para alojar a 36 invitados, atendidos por una tripulación de más de medio centenar de personas.

Entre sus instalaciones destacan piscinas distribuidas en varias cubiertas, un spa completo, gimnasio, peluquería, un cine privado, un gran beach club exterior y su propio helipuerto. Su garaje interior, de nueve metros de longitud, alberga dos lanchas tipo limusina, una embarcación semirrígida de alta velocidad y varias motos acuáticas.

Impulsado por dos motores MTU, el buque puede alcanzar los 20 nudos de velocidad y posee una autonomía de hasta 4.500 millas náuticas, lo que le permite cruzar continentes sin escalas.

El nombre del yate no es casual. “Al Lusail” rinde homenaje a la ciudad de Lusail, proyecto futurista de Catar y una de las sedes del Mundial de Fútbol de 2022. El emir, figura clave en la proyección internacional del país a través del deporte y fundador en 2005 del fondo Qatar Sports Investments —propietario, entre otros, del París Saint-Germain—, consolidó con este buque su afición por la navegación de lujo y su apuesta por la imagen global del emirato.