Conflicto

Tres cerdos sueltos en una entrada a Lugo desatan un conflicto institucional en Galicia

Ayuntamiento y Xunta se enzarzan por determinar quién debe retirar a los animales, que llevan días generando riesgo en una de las vías más transitadas

La presencia de tres cerdos sueltos en las inmediaciones de la Avenida de Madrid y la carretera Nacional-6, una de las principales entradas a Lugo, ha desencadenado un inesperado conflicto institucional entre el Ayuntamiento de Lugo y la Xunta de Galicia.

Lo que empezó como una incidencia de seguridad vial se ha convertido en un cruce de acusaciones sobre el encargado de asumir la retirada de los porcinos, que continúan deambulando sin control por la zona.

Según confirmó el gobierno local, los tres gorrinos, cuyo origen se desconoce, llevan varios días moviéndose por la N-6 y su entorno, generando un riesgo creciente tanto para conductores como para peatones. La Policía Local se ha visto obligada a mantener una vigilancia continua en la zona para evitar accidentes y tratar de contener a los animales, cuya presencia.

El Ayuntamiento sostiene que la competencia para intervenir corresponde a la Xunta de Galicia. En un escrito dirigido a la administración autonómica, el Servizo Municipal de Medio Ambiente recuerda que la legislación sobre protección y bienestar de los animales de compañía no se aplica en este caso, ya que los cerdos no se consideran mascotas según dicha normativa. A juicio del consistorio, se trata de una intervención que debe asumir la administración gallega.

La Xunta, sin embargo, rechaza esa interpretación y responde que es el Ayuntamiento quien debe actuar, insistiendo en que el argumento del Ayuntamiento no se sostiene. El Gobierno gallego remite al consistorio a su propia ordenanza municipal. En concreto, cita el artículo 12 de la Ordenanza sobre Protección e Tenencia de Animais, que establece que se considerará “animal vagabundo” aquel que carezca de identificación y que, en tal caso, será el Ayuntamiento quien se hará cargo del mismo.

En este punto del conflicto, el gobierno gallego acusa al ayuntamiento de priorizar la confrontación frente a la seguridad de los lucenses.

Sobre esta base, y lejos de apaciguarse, los reproches han ido aumentando. Así, y en una línea similar, el Ayuntamiento replica que la administración autonómica está eludiendo su papel y actuando movida por directrices políticas, mientras que la Xunta niega esa acusación.

Mientras tanto, vecinos y conductores conviven con la presencia de los tres cerdos, convertidos en protagonistas involuntarios de un debate jurídico y político al que se mantienen, por supuesto, ajenos.

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