
Tribunales
“Os voy a matar”: ratifican los 22 años de prisión para el asesino de Velle (Ourense)
El alto tribunal gallego avala la alevosía y rechaza que el acusado actuara bajo una alteración psíquica muy cualificada

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha confirmado la condena de 22 años y medio de prisión impuesta al hombre acusado de asesinar con saña a la pareja de su primo e intentar matar también a este último, en un brutal ataque perpetrado en febrero de 2021 en la localidad ourensana de Velle.
La Sala de lo Civil y Penal ha desestimado el recurso de apelación de la defensa y ha ratificado, punto por punto, la sentencia de la Audiencia Provincial de Ourense, que consideró acreditada la comisión de dos delitos de asesinato, uno consumado y otro en grado de tentativa, ambos con alevosía.
Una agresión premeditada y letal
Los hechos, tal y como quedaron probados en juicio y ratificados ahora por el TSXG, ocurrieron en una madrugada de febrero de 2021. El culpable, sin antecedentes penales y diagnosticado de esquizofrenia paranoide, abandonó su domicilio con un cuchillo de grandes dimensiones tras manifestar a su madre que iba a “matar conejos”. Se dirigió al domicilio de su primo, quien le abrió la puerta confiado por la relación familiar. Sin mediar palabra, se abalanzó sobre él gritando “os voy a matar”, y lo acuchilló reiteradamente en cuello, pecho y abdomen, dejándolo gravemente herido.
Cuando la pareja dl agredido, que presenció el ataque, le suplicó que se detuviera, el hombre se volvió contra ella. Le asestó dos puñaladas profundas en el cuello y tórax y continuó golpeándola con el arma hasta provocarle una hemorragia aguda mortal. Tenía 22 años.
A continuación, el agresor huyó, deshaciéndose del cuchillo en una finca cercana, y regresó a su casa con absoluta frialdad, desactivando la alarma y diciendo a su madre que venía de matar conejos. Se quitó la ropa y la dejó esparcida por el salón. Mientras tanto, el primo, malherido, logró arrastrarse hasta el teléfono para alertar a su padre e incluso escribió con su propia sangre en el suelo el nombre del agresor.
Heridas graves y secuelas permanentes
El primo, de 25 años, sobrevivió al ataque pero sufrió gravísimas lesiones: múltiples intervenciones quirúrgicas, parálisis parcial de las cuerdas vocales, neuropatías severas, y un trastorno por estrés postraumático. Estuvo hospitalizado 447 días, y aún hoy presenta secuelas físicas y psicológicas graves, con pérdida de calidad de vida e incapacidad para ejercer su profesión.
La defensa del acusado recurrió la sentencia ante el TSXG, alegando la inexistencia de alevosía y pidiendo que los hechos se calificaran como homicidio. También solicitó que se considerara la esquizofrenia como una eximente incompleta de carácter muy cualificado. Sin embargo, el tribunal gallego ha sido tajante: el ataque fue sorpresivo, nocturno, con arma blanca de gran tamaño y en un contexto de confianza familiar que anuló cualquier posibilidad de defensa.
Los jueces destacaron que el hombre actuó con plena consciencia de que sus víctimas no podían defenderse, especialmente al ser recibido en el domicilio por su primo en plena noche. La Sala también descartó cualquier vulneración del principio de presunción de inocencia y concluyó que la alteración psíquica del acusado solo limitaba “levemente” su capacidad de comprensión en el momento de los hechos, como recogía el informe forense del Imelga.
Aumento de la indemnización
La Sala estimó parcialmente el recurso de la acusación particular, al elevar la indemnización para los padres de la víctima hasta los 120.000 euros cada uno, y a su hermana hasta los 40.000 euros. Estas cantidades superan en un 30 % los mínimos establecidos en el baremo de tráfico, atendiendo a la naturaleza dolosa del delito y el profundo daño moral causado.
La sentencia del TSXG no es firme. Las partes disponen de un plazo de cinco días para presentar recurso de casación ante el Tribunal Supremo. De confirmarse también en esa instancia, el condenado cumplirá una condena de 22 años y medio de prisión, más dos años de libertad vigilada. Además, deberá afrontar el pago de más de 325.000 euros a su primo y otros 230.000 euros a la familia de la víctima.
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