Restaurantes
Del barrio de Gracia al mundo
El Grupo Nomo recibe en los V Premios Cataluña de LA RAZÓN el Premio a la Excelencia Gastronómica y Gestión Hostelera

Cataluña está de premios y qué menos que reconocer a uno de esos negocios que ha sabido destacar siendo diferentes, únicos. Es el caso del Grupo Nomo, que tras casi 20 años; es decir, allá por 2007, se atrevieron a introducir en pleno corazón del barcelonés barrio de Gracia, un templo de la cocina japonesa cuando no era común que al ciudadano medio le volvieran locos los nigiris y demás delicias niponas.
Según Borja Molina-Martell Ramis, fundador de Grupo Nomo, el Premio a la Excelencia Gastronómica y Gestión Hostelera que recibe con su hermano Juan Molina-Martell Ramis de la mano de La Razón supone un «reconocimiento a la constancia, nos reafirma que hemos hecho bien las cosas. En Nomo nos identificamos con la filosofía Kaizen, que consiste en focalizar en pequeñas, pero constantes mejoras. Tenemos un mantra que todo empleado debe conocer y hacer suyo, que son nuestros valores, unos valores que definimos como P.A.C.O. (Pasión, Aprendizaje constante, Calidad y Obtenciónd e resultados)».
Este galardón pone de manifiesto que «el trabajo con atajos no funciona», es una reafirmación en el buen hacer y en el esfuerzo y la constancia. «También es un premio a las buenas maneras en la gestión de una empresa, nuestra máxima es gestionar intentando siempre ser buenas personas».
En los casi 20 años de vida del Grupo Nomo el crecimiento ha sido exponencial. Desde su nacimiento en el barrio de Gracia, esta empresa familiar ha llegado a 2025 con 13 establecimientos en marcha entre Barcelona, Madrid y Gerona, habiendo dado de comer a más de 4 millones de personas y con una facturación que supera los 120 millones de euros; todo ello gracias a una apuesta firme por la calidad y la innovación en la gastronomía japonesa. «Al no venir del sector, siempre hemos tenido una visión que parte de la mirada del cliente», explicó Molina-Martell
Estos emprendedores catalanes consiguieron potenciar un nexo que veían claro en entre la comida nipona y la española: el respeto absoluto por el producto. Lo han llevado a otro nivel, siempre primando la atención al cliente, elemento que consideran igual de relevante que el producto en sí. «La gente valora mucho una buena experiencia y que te traten bien».
Digitalización y tecnología
En este punto, la digitalización y aplicación de las diferentes tecnologías que se han desarrollado a lo largo de estos 18 años han sido cruciales para atender las necesidades de los clientes y fidelizarlos.
Tal y como explicó uno de los cofundadores, «estamos en constante renovación y cambio. Fuimos de los primeros en desarrollar una web propia para la venta de delivery y take away en 2011, año en el que lanzamos nuestra línea Nomomoto, antes de que llegaran las plataformas que existen hoy; de hecho, cuando llegaron, nos adaptamos y cambiamos la estrategia para alcanzar acuerdos que fueran beneficiosos para todos y, así, conseguimos llegar a mucha más gente. Más adelante, y antes de la pandemia, digitalizamos nuestras cartas para que el cliente pudiese ver las fotos de todos nuestros platos. También desarrollamos hace unos años un plan de fidelización (Clan Nomo) para nuestros clientes y nuestros mejores clientes disponen de un teléfono de contacto exclusivo desde donde se les gestionan las reservas y demás peticiones especiales que tengan». Y lo más importante: «sabemos quiénes son nuestros clientes y cuando acceden a alguno de nuestros locales, nuestro personal puede identificarles y ofrecerles un trato mucho más personalizado».
Planes de futuro a corto-medio plazo del Grupo Nomo
Desde el Grupo Nomo insisten en que su techo no está ni cerca, puesto que tienen planes ambiciosos en el corto y medio plazo que pasan por lanzar una nueva línea de Street Food en el año 2026, bajo otra marca, y enfocada a productos más informales. Al hilo, pelearán por aumentar la facturación en un 30 o 40 por ciento; eso sí, manteniendo la esencia y valores de la empresa. Muchas son las historias que ha vivido esta gran familia a lo largo de estos años. Han visto pasar por sus meses a gente tan conocida como pueda ser Carles Puyol, Gerard Piqué, Xavi, Iniesta, David Villa, Ibrahimovic, Isabel Coixet, Tim Robbins, Andreu Buenafuente, Berto Romero o Risto Mejide. Pero no solo los nombres que salen en la prensa les define, ni mucho menos, sino que también lo hacen aquellos fieles anónimos que encargan comida un día tras otros o aquel que cada viernes ordenaba el envío de platos por valor de unos 500 o 600 euros.