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Gastronomía
El chiringuito de Javier Muñoz-Calero: Casa Caneiro, el bar de carretera de Cedeira con el mejor marisco
Galicia y Águilas, en Murcia, son los destinos escogidos por el chef de Ovillo para desconectar durante sus vacaciones
El 80 por ciento de las personas que, a diario, hacen posible que Ovillo funcione accede al restaurante a través de la Fundación Raíces y todas ellas reciben su sueldo a fin de mes, claro está. Tras la pandemia, Javier Muñoz-Calero creó la escuela «Cocina Conciencia» para enseñar el oficio, tanto en la sala como en la cocina, a jóvenes sin referentes familiares en nuestro país a los que luego coloca en un trabajo en el sector de la restauración a través de la citada organización. Asimismo, cuenta con máquinas de la empresa Ecofluvia con el objetivo de crear un espacio más sostenible cada día. Tanto es así, que el comensal se lleva a casa su compost hecho con la basura generada durante su almuerzo o cena. Pero vayamos al grano, Javier disfruta de sus vacaciones en Cedeira, un pueblo marinero de Galicia en el que desconecta en la playa de Vilarrube, en el concejo de Valdovino. Le gusta por su arena fina y dorada, por sus aguas tranquilas y porque se encuentra en un entorno rural, en la orilla occidental de la ría de Cedeira: «En Galicia, no hay chiringuitos como los del Mediterráneo», nos advierte Javier.
Con producto del día
A quien se escape por la zona anima a visitar un día sí y otro también Casa Caneiro, un bar de carretera donde es posible comer y beber muy bien con el mar de fondo con vistas a la playa de Pantín. Sus propietarios son Manolo y Rocío, quienes a diario adquieren esas joyas del mar que venden en el día. Así que más le vale acudir a una hora temprana, porque no es posible reservar mesa y según se termina cualquier marisco, lo borran de la pizarra, porque no se repone hasta el día siguiente. Es uno de sus lugares favoritos, de cuya cocina vuelan las raciones de percebes, su marisco favorito, esos que sólo se disfrutan en esta tierra, por tamaño y sabor a mar tan salvaje, almejas, berberechos, navajas, zamburiñas y la de pulpo, absolutamente espectacular. Piezas que casi todas llegan a la mesa hervidas. Excepto las vieiras, muy tostaditas por fuera y tiernas por dentro, y las almejas a la sartén con aceite, que son una locura. El bogavante y la langosta a la plancha, recuerden, es imprescindible reservarlos para disfrutar en la terraza, agradable donde los haya, siempre con comensales del pueblo o veraneantes, que ponen en valor el productazo que llega a la mesa. Javier no perdona el vermut de mediodía ni la caña de la una, que da comienzo a un aperitivo glorioso esté donde esté. Reconoce ser, además, un apasionado de los salazones y los encurtidos. No hay aperitivo que se precie sin unos boquerones en vinagre, o unas anchoas. Además, parte de sus días de desconexión también los pasa en Águilas (Murcia). De allí, nos habla de El Poli, un pequeño bar del pueblo, que es su espacio favorito por sencillo y por la comida rica que sirve su dueño. La terna rebozada con salsa de tomate, el arroz seco de pulpo y gamba roja a la plancha son platos que siempre hay que pedir. Su sopa fría por excelencia es, sin duda, el gazpacho, que borda siguiendo una receta de su madre. El secreto es incluir tomates y zanahorias a partes iguales, sin incluir pepino, pero sí pimiento verde y cebolleta tierna. Cuando lo hemos probado en Ovillo, nos dice, lo prepara con tomate amarillo. En cuanto a los pescados, le entusiasma el rodaballo a la brasa a disfrutar con una ensalada de tomate y cebolleta.
Su recomendación: berberechos, percebes y navajas con un vermut o una cerveza bien fría
► Donde:
Frádigas, 1. Valdoviño.
► Precio medio: 30 euros.
► 981 48 59 55.
► casacaneiro.es
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