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Gastronomía
La flor comestible y disponible en cualquier jardín que sabe a ajo pero que no se repite
Hay varios consejos que suelen repetirse para evitar este problema, pero tristemente... ninguno de estos trucos es 100% efectivo
El ajo es uno de los elementos centrales de la gastronomía mediterránea. En la antigüedad, los romanos, los griegos y los egipcios ya lo utilizaban, aunque no solamente para cocinar… sino también por los muchísimos beneficios que este alimento tiene para la salud. El ajo es también un pilar de nuestra cocina. De hecho, no podemos entender la mayor parte de la gastronomía española si no es con el ajo.
Ahora bien, el ajo también tiene un problema. Uno de los compuestos químicos que lo forma es el metanetiol. Y es el responsable de que el ajo “repita” y deje mal aliento. Hay varios consejos que suelen repetirse para evitar este problema, como utilizar ajos más frescos, retirar el germen del interior de cada diente de ajo, cocerlo antes de incluirlo a las recetas, etc. Tristemente, ninguno de estos trucos es 100% efectivo.
Una flor comestible... y con sabor a ajo
La Tulbaghia violacea es una hierba silvestre originaria de Sudáfrica, donde se utiliza en la medicina tradicional. Con el tiempo, esta planta se ha acabado extendiendo por todo el mundo, siendo usado principalmente por propósitos culinarios. Y es que su flor comparte ese puntillo recio y cuasi-picante típico del ajo, aunque más suave. Y lo mejor de todo es que ni se repite ni deja el mal aliento que sí que deja el ajo.
A la Tulbaghia también se la conoce como “ajo social” o “cebolla de monte” y destaca por tener un periodo de crecimiento especialmente corto. Pudiendo alcanzar los 60 centímetros en solo unas semanas. La planta está formada por múltiples tallos terminados en flores de unos cinco o seis pétalos de color lila.
Los expertos suelen utilizarla para preparar platos fríos que no necesiten cocinarla, porque eso haría que la flor perdiese su frescura y textura turgente. Aunque también suele añadirse como complemento en ensaladas, como decoración comestible o hay incluso quien la infusiona en aceite para extraer su sabor.
En resumen, la Tulbaghia es una planta estéticamente placentera, no necesita demasiado espacio (con una maceta junto a la ventana es más que suficiente), es productiva y puede utilizarse en todo tipo de recetas. Además, es una planta perenne, eso significa que puede producir estas bonitas flores con sabor a ajo durante todo el año. O sea, que es una opción perfecta para nuestro cultivo particular.
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