Gastronomía
El restaurante Gran Reserva estrena su carta de otoño con un homenaje a los sabores de La Rioja Alta
El otoño llega a Briñas con una propuesta que une cocina, un paisaje envidiable y una cuidada selección de vinos
Producto local, tradición y creatividad. Así se presenta la nueva carta de otoño del restaurante Gran Reserva, situado en el Hotel Palacio Tondón, un enclave privilegiado en el corazón de La Rioja Alta. Bajo la dirección del chef Jesús Terradillos, la propuesta invita a descubrir los sabores de la región a través de una cocina estacional que combina raíces riojanas y técnica contemporánea.
El Hotel Palacio Tondón, Autograph Collection, se ubica en Briñas, un pequeño y pintoresco pueblo a tan solo cinco kilómetros de Haro, capital del vino de Rioja. Levantado originalmente sobre un palacio del siglo XVI cuidadosamente rehabilitado, el hotel combina piedra, madera y cristal en un diseño que dialoga con el entorno natural. Desde sus terrazas y ventanales se divisan los viñedos de la zona y el río Ebro, que serpentea a pocos metros del edificio.
El restaurante Gran Reserva, con comedor interior y una terraza panorámica abierta durante todo el año, forma parte esencial de esa experiencia. Su carta evoluciona con las estaciones y reivindica la cocina riojana más auténtica, elaborada con productos de proximidad.
Cocina riojana con producto de temporada
Para los meses más fríos, el chef Jesús Terradillos apuesta por ingredientes de cercanía como las alcachofas, puerros y peras del Rincón de Soto, combinados con carnes de caza y guisos tradicionales. Entre los entrantes, se mantienen clásicos como las croquetas de jamón ibérico o de costilla adobada con miel y mostaza, junto a creaciones más contemporáneas como la flor de alcachofa con parmentier trufada, cigalas soasadas y su americana, o los caparrones de Anguiano sobre caldo de jamón, piparras y velo de panceta ibérica, un homenaje al recetario más tradicional.
La carta incluye también una selección de quesos artesanos de La Rioja, cecina D.O.P. León con polen de río y pan de cristal, y jamón ibérico de bellota acompañado de tomate de la huerta.
Pescados y carnes con identidad riojana
Entre los platos principales, los pescados se preparan en elaboraciones que equilibran sutileza y sabor: corvina a la brasa con crema de coliflor tostada, bacalao confitado sobre fritada riojana o rape negro con guiso de oreja a la riojana y polvo de trompeta de la muerte.
Los amantes de la carne pueden optar por el solomillo a la brasa con parmentier riojano y salsa de vermut reserva Martínez Lacuesta, el jarrete de ciervo guisado con aligot y frutos rojos, o la pularda trufada con ciruelas del valle de Quel y cremoso de boniato asado. El clásico chuletón de vaca nacional con pimientos de Guernica y patatas naturales se mantiene como uno de los emblemas del restaurante.
Postres con sello riojano
El final dulce llega con elaboraciones que ponen en valor los productos locales. Destaca especialmente la tarta de queso de cabra D.O.P. Camerano, acompañada de frutos secos, o el bizcocho de miel de La Rioja con crema de nuez caramelizada. Para los más golosos, el postre de chocolate con vino tinto y helado de vainilla, o la pera del Rincón de Soto al vino blanco con crema de requesón y tomillo limonero, reinterpretan con elegancia sabores tradicionales.
La carta se completa con una selección de vinos D.O.P. Rioja, cuidadosamente elegida para reflejar la diversidad vitivinícola de la región. Las referencias incluyen tanto bodegas centenarias como proyectos jóvenes que muestran la evolución del vino riojano.
Tras la comida, el entorno ofrece un sinfín de posibilidades: pasear por Briñas, descubrir su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción que data del siglo XVI o acercarse al Barrio de la Estación de Haro, a tan solo cuatro kilómetros, donde se concentran bodegas históricas como La Rioja Alta, Muga o López de Heredia. Además, la zona invita a disfrutar del paisaje a través de experiencias de enoturismo activo, con rutas en bicicleta entre viñedos, paseos junto al río Ebro o incluso recorridos en kayak, organizados por empresas locales que muestran los rincones más auténticos de La Rioja Alta.