Polémica
La mejor amiga de “Riverita”: “Estuvo desatendido por Teresa y Canales Rivera”
La periodista Mónica Gavira asegura que los 4.000 euros de la discordia se los quedó su sobrino para pagar deudas
Es la mujer que más cerca ha estado de José Rivera «Riverita» en sus últimos quince años de vida. Mónica Gavira habla en exclusiva para LA RAZÓN con el fin de aclarar determinados puntos oscuros que rodean a la muerte del hermano de Paquirri: «Cuestionar mi relación desinteresada con ’'Rive’' es injusto, porque, económicamente, yo le he dado más a él que José a mí. Ese hombre no tenía dinero, prácticamente vivía de su paga no contributiva de 400 euros, y yo le llevaba ropa, comida y todo lo que podía. Durante muchos años estuvo poco atendido por su familia, por su hermana Teresa y su sobrino José Antonio, y esa es la pena que tenía. Le vi muy mal y pedí que se preocuparan más, que no podía morir tan triste». Y añade: «Incluso una de las personas que había acogido en su casa no le atendía adecuadamente. Yo le llamé la atención y no me hizo ni caso, es más, llegó a amenazarme, fue una situación insoportable. Me puse en contacto con la Guardia Civil y me dijeron que tuviera cuidado, que es peligroso. También se lo comenté a Canales y me respondió que él no se iba a meter en eso», asegura la mejor amiga del fallecido.
Uno de los asuntos más escabrosos descubiertos la semana pasada en «Sálvame» es la desaparición de 4.000 euros del fallecido: «Han dicho que me los he quedado y es totalmente mentira».
La explicación de su sobrino
Gavira apunta a su sobrino, «tengo pruebas suficientes para demostrar quién los cogió. El 8 de enero recibí una llamada del dueño de una chatarrería y me contó que fue Canales Rivera el que recibió los 4.000 euros de su tío por la venta de chatarra de ’'Rive’'. Pero no le contó nada. Cuando se enteró se enfadó muchísimo y le pidió explicaciones. Este se justificó con que había que pagar deudas de su tío, impuestos y otras cosas. Pero lo lógico es que fuera ’'Rive’' quien decidiera con el dinero lo que considerara oportuno y no José Antonio». Teresa «también comentó que esa cantidad era para pagar deudas. Él se sentía muy decepcionado por la actitud de los suyos. Sobre todo, por la de Canales. Si le contara cómo fue su última noche de vida… Cuatro días antes de morir me llamó para que telefoneara a la Guardia Civil porque se veía muy abandonado y triste».
Mónica va más allá y se refiere a su relación con los hermanos y sobrinos del finado: «A Teresa no le gustaba mi relación de gran amistad con su hermano, hasta le molestaba que me interesara por su salud, y a su hijo le reprocho que no se ocupara más de su tío. Digan lo que digan los dos, lo dejaron muy solo. Esa es la pura realidad. Yo misma me ocupé de llamar a la ambulancia para que le ingresaran en el hospital en el que, desgraciadamente, falleció. Una enfermera, al ver que se encontraba tan mal, agarraba su mano y le consolaba… con el fin de relajarle». Y asegura que «más tarde me enteré de que Teresa y José Antonio comentaron que por qué la enfermera le cogía la mano. Qué desagradecidos. Eso demuestra su frialdad y la escasez de cariño. Quise tanto a mi amigo que me siento muy dolida. Pero, sinceramente, no quiero enfrentamientos con esa familia. Siempre hice el bien con ’'Rive’', le demostré un gran cariño y una entrañable amistad. Mi conciencia está muy tranquila. La de otros…».
Le cuesta creer «que esté muerto, no me hago a la idea de no poder verle nunca más. Era un amigo del alma, un hombre generoso y sencillo. Una persona maravillosa. Es imposible llenar el vacío que nos deja a todos los que le quisimos en el corazón. Pasé muchos meses preocupada por él, escondiendo mi sufrimiento al verle enfermo, mis lágrimas».
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