Silencio
Iker Casillas y Sara Carbonero; así se enfrentan a la noticia de su presunta separación
El silencio ha sido su arma durante la crisis de su matrimonio pero la publicación de Lecturas les ha desarmado en un momento especialmente duro para la presentadora.
La pareja lleva más de un año en crisis y durante este largo período han sido numerosas las informaciones que han incidido en el distanciamiento entre Sara Carbonero e Iker Casillas, un matrimonio que hacía aguas a la vista de todos pero que no terminaba de tomar la decisión ni de separarse ni de hacer pública su ruptura. Los motivos sólo ellos los saben pero las conjeturas no han hecho más que comenzar: ¿Ha sido la enfermedad de Sara Carbonero la causa de que hayan mantenido las apariencias en público?.
Hace poco más de un mes, el pasado 3 de febrero, con motivo del último cumpleaños de la periodista, nos hacíamos eco de la inexistencia desde hacía un año, por parte de Iker Casillas, de ninguna imagen en sus redes junto a su mujer. La última había sido en el 36 cumpleaños de Sara cuando el ex capitán de la Selección Española de Fútbol, publicaba en su cuenta de Instagram una imagen de ambos, abrazados de espaldas, en la que él le prometía más cumpleaños a su lado. Algo que por desgracia, no volvería a ocurrir.
Todo parece haber cambiado desde esa idílica imagen. Tras el fin de su vida en común en Oporto y los reveses que han supuesto los problemas de salud que ambos han padecido, el infarto de Iker y el cáncer de ovarios de Sara, la unidad entre ellos se ha roto. Más distanciados que nunca, no han dado ningún paso para desmentir los rumores de crisis que les persiguen desde que se instalaron en la capital de España.
La compra de una vivienda en Madrid, a nombre del futbolista, dio origen a los primeros rumores de separación.
A principios de verano y tras finalizar Sara su tratamiento de quimioterapia, se instalaron en Madrid. Casillas aceptó la oferta del Real Madrid, para trabajar con un puesto directivo en su fundación y Sara volvía a Radio Marca, el mismo sitio en el que comenzó su andadura profesional. Con los niños matriculados en un colegio cercano al domicilio conyugal, sito en una elitista urbanización de Pozuelo de Alarcón, pero con la distancia instalada entre ellos, era su círculo más cercano el que se apresuraba a desmentir la crisis: “Un bache sentimental que ya está superado”.
Ellos preferían mantener silencio sobre la supuesta crisis que se vivía de puertas para adentro, pero sus redes sociales no ocultaban el distanciamiento. La última vez que hicieron alarde de su amor fue en San Valentín del 2019, cuando la bella periodista publicó una romántica fotografía besando al padre de sus hijos. Es su último beso público. Desde entonces, apenas hay imágenes de la pareja unida y las escasas escenas familiares, hacen presagiar que nada es como antes entre ellos. Iker ha desaparecido del escaparate social de la periodista y Sara no existe en el perfil social del futbolista. Lo que ahora es una constante en sus redes sociales, el escaso protagonismo de la pareja en público, no siempre fue así. Desde el beso con el que hicieron público su amor en el Mundial de Sudáfrica, el 11 de julio de 2010, la atractiva pareja siempre hizo alarde de su amor.
Ha sido una de las parejas más perseguidas por los paparazzis.
Tampoco los paparazzis, siempre detrás de la atractiva y rentable pareja, han conseguido captar a Iker y a Sara desde el pasado mes de agosto. Las últimas fotos robadas al matrimonio tuvieron lugar durante su última escapada familiar a Navalacruz, el pueblo abulense de la familia del portero. Unas imágenes que servían a la revista ¡Hola! para desmentir la crisis de la pareja.
Pero desde entonces, y a pesar del empeño de los fotógrafos de las agencias más importantes del sector, no han vuelto a ser captados juntos, a excepción del día en Sara fue dada de alta tras una operación en la Clínica de Navarra en Madrid. La noticia del ingreso hospitalario de la periodista se hacía público gracias al seguimiento de los paparazzis que llevaban más de un mes detrás de Iker y Sara, y habían seguido al portero hasta la clínica, descubriendo así que Sara estaba hospitalizada. La información de su ingreso de urgencia la anunciaba en exclusiva el diario ABC pero las fotografías eran una exclusiva que llevaba en portada la Revista Semana, que certificaba así que el futbolista no se había separado de ella en su convalecencia.
La recaída de Sara y la presencia de su marido durante la semana que estuvo ingresada, consiguieron acallar los rumores de separación hasta que, esta mañana la Revista Lecturas se lanzaba a publicar la noticia que recorría las redacciones de medios y agencias. Una exclusiva a toda página a la que Iker y Sara no quieren enfrentarse hasta que haya un acuerdo para hacerla pública.
En la víspera del escándalo, Sara acudía a recoger a sus hijos al colegio sin Iker.
Las primeras imágenes de Sara Carbonero tras hacerse pública la exclusiva de Lecturas, fueron captadas ayer por la tarde cuando acudía a recoger a sus hijos en el colegio. Allí, como viene siendo habitual en las últimas semanas, la esperaban los fotógrafos. Lo mismo sucedía esta mañana, Sara dejaba a los niños en el cole y se enfrentaba, de nuevo sola, a los fotógrafos y cámaras que trataban de arrancarle unas palabras que confirmaran o desmintieran la información publicada por Lecturas. Ante las preguntas de los periodistas sobre su separación, la presentadora no ha contestado asegurando que: “No voy a decir nada”. Ante la pregunta de si están bien, ha respondido: “Sí, muy bien. Gracias”.
Iker no ha hecho acto de presencia en el colegio, lo que vendría a reforzar la tesis de que no cambiará su normalidad.Esa normalidad a la que la bella periodista deportiva aludía hace tan sólo unos días en su Instagram haciéndose eco de unas palabras atribuidas a Van Gogh: ““La normalidad es un camino pavimentado. Es cómodo para caminar pero nunca crecerán flores en él”.
Y así, buscando en la normalidad la forma de acallar los rumores, la periodista ha decidido continuar su rutina, sin hacer declaraciones a la prensa, siguiendo el camino que se ha marcado en su vida. Sara seguirá fiel a las máximas que han marcado su trayectoria personal: discreción y respeto hacia las personas que amó o quizás, aún ama aunque ya no estén en su camino.
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