Entrevista

«La Reina estaría estupenda vestida de Palomo»

Tras un 2020 en el que estuvo a punto de cerrar la marca, afronta el reto de abrir la firma a colaborar con otras firmas

Palomo Spain presenta su colección "Nueva Vida" en colaboración con Mó
Palomo Spain presenta su colección "Nueva Vida" en colaboración con MóPalomo SpainPalomo Spain

«Nuevo día» no es solo el título de la nueva colección de Palomo Spain. Es toda una declaración de intenciones tras un 2020 en el que Alejandro Gómez Palomo se llegó a plantear cerrar la marca. Supo afrontar el reto, abrir la firma a varias colaboraciones, como su línea de gafas con la empresa española Mó, y volvió a triunfar con «Maestros de la costura», un programa que, pese a lo agotador de su ritmo, le pone las pilas. Desde su taller, un espléndido cortijo de paredes encaladas donde el rey absoluto es Lucio, su perro, hablamos con el diseñador, el nombre español que más se pronuncia en la moda internacional.

–Sigue dirigiendo la empresa desde Posadas, ¿es un diseñador kilómetro 0?

–Me imagino que sí. Cada vez estoy más seguro de que Posadas es el sitio y parte de la magia que hay en la marca. Me considero muy afortunado de poder hablar al mundo desde un lugar recóndito que nos aporta y nos regala una vida preciosa. De aquí salen todos esos detalles y formas de hacer que tenemos en Palomo.

–Aquí le vinieron a buscar del MET de Nueva York para su exposición sobre el Camp.

–Es flipante. Por ahí tengo el catálogo con las dos piezas que dejamos. También han venido desde Boston y pagado un dineral por unos «looks». Pero lo bonito es saber que van a conservarlos con mimo y que expuestos van a abrir la mente a la gente.

–Su aportación a la visibilidad trans ha sido fundamental.

–No tenemos un discurso construido al respecto, pero porque hablamos libremente sobre ese tema. Lo tenemos muy integrado en la marca. Lo que más me toca es la libertad de género, esos niños que no tienen referentes y que han visto en Palomo un lugar donde se sienten cómodos y en el que ser diferente es guay.

–¿Ese sueño se pudo ver truncado el año pasado por el confinamiento?

–Las dos primeras semanas yo pensaba que cerrábamos la marca. Que nos íbamos cada uno a su casa. Pero pasados los días reflexionamos, vimos que, por ejemplo, teníamos unos pijamas de seda preciosos y que podíamos comunicar que se podía vestir fabulosamente en casa. Nos cambió el chip y fue un punto de partida para llegar aquí.

–¿Se refieres a esa colaboración con Mó? ¿Está cómodo diseñando accesorios?

–Sí. Ha sido de las cosas más bonitas del año pasado. Es un producto tuyo que llega a mucha más gente de la habitual. Me dieron la libertad de hacer lo que me diera la gana y encima ha funcionado. En Palomo nos gusta hablar mucho de comunidad y esto ayuda a crear esa idea de familia. Además, yo me siento muy cómodo con los accesorios y lo mismo te diseño unas zapatillas que unas gafas de sol o el bolso que las acompaña.

–La televisión también le ayudaría a ir más desahogado.

–La empresa de por sí este año ha sido cuando más ha levantado el vuelo y eso es porque tenemos ya un recorrido y una credibilidad, pero no puedo negar que estoy infinitamente agradecido a la tele, que ha estado ahí en estos meses. He pensado mucho en toda esa gente que se mostraba reacia, todo el ambiente de la moda de Madrid que me ha criticado por vendido por, según ellos, dejar de ser «underground» y pasar a ser comercial. Pero yo siempre he tenido mis lecturas positivas. «Maestros de la costura» es un programa que habla de los problemas de la moda, de nuestra industria, y que le da su importancia. Además, te diré que hay pocas cosas más agotadoras que ese programa, pero es la época del año que más me pone las pilas.

–Ya que hablamos del mundo «mainstream», ha vestido a Beyoncé, a Madonna… ¿Para cuándo la Reina?

–Doña Letizia que se ponga lo que le dé la gana, aunque estaría estupenda vestida de Palomo y sería un mensaje maravilloso. Eso sí, todavía falta bastante gente por vestir de nuestra firma. Llegar a Beyoncé fue la cima, pero eso fue ya hace tres años. Y a cualquier maricón le apetece vestir a Madonna.