Entrevista
Olivia Valère: “Un pijama de hombre es ANTISEXUAL”
La empresaria francesa soñó desde niña con ser «une star» y lo logró como empresaria hostelera. Ahora, solo quiere «dar felicidad»
Me envió este cuestionario en un audio y en él, mientras explica que los mejores amigos de una chica no son solo los diamantes, sino que también hay que contar con las esmeraldas o los iris, de fondo se escuchaban sus gallinas y La Marsellesa. ¿Es o no una fantasía? Olivia Valère es de ese tipo de mujeres que uno querría ser. Una estrella del Hollywood dorado con «charme» francés, gracia andaluza y pátina marbellí. Por pátina se entiende bronceado. Como cantaba Mina, si no existiera, a Olivia habría que inventarla.
–Dígame por qué ha sido y será siempre necesaria una Olivia Valere en nuestras vidas.
–Alguien que siempre está alegre y quiere tanto a los demás siempre es necesario en esta vida. Para mí, dar felicidad a la gente es una necesidad.
–¿Siempre quiso ser una «celebrity»?
–Cuando tenía 6 ó 7 años y me preguntaban: ¿Qué quieres ser de mayor? Yo respondía siempre: «une star». Mi sueño era parecerme a las actrices americanas, a esas mujeres sexys que en los armarios tenían pieles de todos los colores. Y joyas. Toda mi vida he querido ser ese tipo de mujer.
–Dicen que Marilyn Monroe pensaba que era invisible hasta que le salieron las tetas, ¿usted cuando se dio cuenta de que la tomaban en serio?
–Cuando decidí, después de ser madre y cuidar a mis niños, convertirme en restauradora y montar mi primer restaurante muy cerca de París.
–Coco Chanel, francesa como usted, dijo: «Nunca se está suficientemente delgada ni se es suficientemente rica». Corrija si es necesario.
–Creo que lo dijo la Duquesa de York. Hay que verificar eso… Creo que cuando eres joven, la delgadez y la riqueza son muy importantes, pero hay un momento en tu vida en que descubres que es algo más subjetivo. Que se puede ser feliz con muy poco y que a veces, unos kilos de más, te hacen tener mejor cara… El culo no siempre se ve.
–¿Los famosos de ahora son como los de antes?
–No. Los de antes eran mucho más sencillos. No había todas estas redes sociales… La gente era más natural.
–¿Es usted de salto de cama o de pijama de felpa?
–Me gustan las plumas, los volantes... Un pijama como el de un hombre no es sexy para nada. Es antisexual.
–¿Usted es ave nocturna o por el contrario es una alondra de la mañana?
–No me gusta demasiado acostarme muy tarde, pero tampoco me levanto a las 8.
–¿Usted ve un mueble de estilo nórdico y en qué piensa?
–Estoy rodeada de muebles antiguos. Desde hace años voy al Marché aux puces de París y compro y compro… Hay un verso maravilloso que dice: «Objets inanimés, avez-vous donc une âme qui s’attache à notre âme et la force d’aimer?».
–¿Puedo encontrar alguna prenda en gris marengo en su armario?
–Seguro que sí porque si lo mezclas con rojo es muy elegante.
–¿Su prenda fetiche?
–Algunas chaquetas de perlas de la época de Yves Saint Laurent haute couture… .
–¿Y su fetiche?
–El amor de mis amigas.
–¿Cuál es la mayor estupidez que se ha dicho de usted y sin embargo, no le ha apetecido ni un poquito desmentir?
–Alguna vez me han dicho que era una «snob». Y no es verdad. Soy una persona sencilla.
–Si un desconocido le regala rosas, ¿usted qué piensa?
–Pienso que es maravilloso y que tiene muy buen gusto.
–Los mejores amigos de una chica son los diamantes, ¿no?
–Además de los diamantes, yo creo que las esmeraldas también son buenas amigas. Y los topacios. Y los Iris... ¿no te parece?
–¿Qué es lo que más le chifla y lo que más le amuerma del amor?
–No es que tenga Alzheimer, pero no me acuerdo bien… La ternura y poder estar y entenderte con tu pareja. Y lo que no me gusta es que tengo un marido un poco loco que, a su edad, le gusta mucho bailar. Y cuando ve a un grupo de chicas bailando, se levanta para bailar con ellas. Si son de mi edad, no me importa. Pero si tienen 20 años… Eso no me gusta mucho.
–¿El amor tiene límite?
–Depende de los años que estés casada…
–¿Qué dice más de un hombre, su conversación, sus ojos o sus zapatos?
–Un cóctel de las tres cosas.
–¿Qué tiene Marbella que no le da París por ejemplo?
–Marbella es un paraíso.
–¿Es usted de croissant o de mollete con tomate?
–La primera vez que vi a mi nuera comer pan con tomate y aceite para desayunar me asusté. «Están locos estos españoles». Pero lo probé y lo introduje en mi desayuno a diario.
–¿Flamenco o Edith Piaf?
–Adoro el flamenco y quise aprender a bailar sevillanas, pero después de tres clases, el profesor me dejó por imposible.
–Dicen que si uno quiere dedicarse al porno, hay que empezar por el nombre artístico y que el mejor es el que se consigue uniendo el nombre de su mascota con el de su calle, ¿cuál sería el suyo?
–Tengo loritos, tengo gallinas, dos conejitos que se llaman Dolce y Gabbana y una conejita que se llama Chanel. Sería… Chanel Chaparral.
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