
Parejas
Aitana, sin filtros: amor, insomnio y una gira que le quita el sueño
Entre la intensidad del escenario y la estabilidad emocional junto a Plex, la estrella del pop español se sincera sobre salud mental, sexo y el peso de la autoexigencia. "Estoy feliz. Creo que sí, estoy en mi mejor momento"

Aitana no está en pausa. A sus 26 años, la cantante vive uno de los veranos más intensos -y reveladores-de su carrera. Nuevo tour, nuevo amor y una voz cada vez más firme para hablar de lo que antes se callaba. En entrevista con "Lecturas", ha confirmado lo que muchos ya intuían: su relación con Plex va viento en popa. "Es el mejor, estoy muy feliz con él", dijo sin rodeos, dejando claro que el misterio sentimental ha quedado atrás.
No es la única vez que ha hecho pública su felicidad. Su cumpleaños en Ibiza, celebrado a lo grande tras la cancelación del concierto en el Santiago Bernabéu, sirvió también como escenario informal de presentación oficial. Las imágenes compartidas por ella misma en redes sociales dejaban ver -aunque brevemente- a Plex, consolidando una relación que, aunque nacida bajo los focos, ahora busca su espacio sin estridencias.
Insomnio
Pero el amor no lo es todo. Aitana también está en plena gira, y la intensidad del momento empieza a pasar factura. "Me cuesta mucho dormir por las noches. Ya de por sí tengo insomnio, y ahora sueño con que algo no sale bien", confiesa. La presión por dar lo mejor a sus fans le acompaña incluso en el subconsciente. "Quiero cumplir todas las expectativas", asegura, consciente de que su autoexigencia es una fuerza de doble filo: "Me pasó factura en su momento, pero también es importante para dar tu máximo. Hay que encontrar un equilibrio".

Ese equilibrio lo busca, en parte, en terapia. Ya había hablado antes de su lucha con la salud mental, y vuelve a hacerlo sin dramatismos ni vergüenza. "Voy a terapia mucho, psicológica y psiquiátrica. Me refugio en mi familia", dice, mientras recuerda el escepticismo con el que algunos recibieron su confesión pública sobre la depresión. "Me dolía leer que lo hacía como estrategia de marketing. Lo conté porque me daba miedo desmayarme en una alfombra", revela con la honestidad cruda que la caracteriza. "No hablé de la depresión como algo morboso, solo quise ser sincera".
Otra sinceridad que ha desconcertado a algunos: su actitud abierta hacia el sexo. "Siempre he dicho que no me gusta tener tabúes con respecto a eso”, comenta. “El sexo no es de niña mala. Es de donde venimos todos". Directa, sin necesidad de eufemismos, Aitana empieza a desprenderse de etiquetas pasadas para construir un discurso propio, cada vez más maduro, más libre, más suyo.
Entre el insomnio y los focos, los miedos y los sueños, Aitana sigue subiendo el volumen a su verdad. Y parece que no piensa bajarlo.
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