Opinión

¡Faltan funcionarios para repartir la pasta!

Ahí están esos 140.000 millones de euros de la UE que prácticamente no han empezado a repartirse porque carecemos de personal especializado

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Las banderas nacionales de los estados miembros de la Unión Europea ondean a la entrada del Parlamento EuropeoPATRICK SEEGERAgencia EFE

Núñez Feijóo tiene fijación con el trabajo, el sentido común, el sosiego y la gestión eficaz. Algo muy propio de Finlandia o Noruega. Ahora, además de pedir un cara a cara «sereno» con Él, como si tal cosa fuera posible, le aconseja «que ponga un solo ministro a insultarme y el resto a trabajar». No parece buena idea: si se pusieran a trabajar, tengo yo para mis adentros que sería aún peor, con lo difícil que es eso. No la toques más, que así es la rosa. Poner un único ministro a insultarle es una opción interesante, aunque podría resultar contradictoria con la idea expresada varias veces por el líder pepero sobre la necesidad de adelgazar el Gobierno. Porque Él no pondría a Isabel Rodríguez, por ejemplo, a hacer doblete: crearía la figura del Portavoz de Injurias y Ofensas Varias con su ministerio correspondiente y unos cientos de asesores especialistas en improperios.

Banderas de la Unión Europea
Banderas de la Unión EuropeaSASCHA STEINBACHAgencia EFE

Hablando de trabajar, leo que hay un atasco en el reparto de los fondos europeos por falta de funcionarios. Uno de los temas fetiche de Luis María Anson, al que ha dedicado varios detallados artículos, es precisamente el exceso de funcionarios en una Administración elefantiásica. Pues ahora resulta, querido Luis María, que tenemos pocos, porque ahí están esos 140.000 millones de euros de la UE que prácticamente no han empezado a repartirse porque carecemos de personal especializado, o sea, que no tenemos gente que sepa distribuir la pasta gansa. Digo yo que llamen a los de los ERE, ¿no? O a los de la Gürtel. Será por especialistas. También quiere Feijóo recortar el gasto público en energía. El Gobierno prometió «velocidad de crucero» para la repartición de los citados fondos. Si ahora dejamos a los burócratas a media luz, el crucero se quedará en barquita de remos, me temo.