Ejemplo a seguir
El Papa Francisco inicia la maquinaria para convertir al Rey Balduino de Bélgica en Santo
El Pontífice quiere que se le reconozca su ejemplo y que su fe ilumine al resto de gobernantes en tiempos difíciles para el mundo
El nombre del Rey Balduino de Bélgica sonó con fuerza tres décadas atrás, cuando falleció en territorio español sin dar avisos y dejando a todos sobrecogidos. Fue el 31 de julio de 1993, en pleno verano, lo que irremediablemente le hacía ocupar su lugar favorito del planeta, Motril, un pueblo de Granada en el que emplazó sus vacaciones desde la década de los años 60. Enamorado de la región, dio aquí su último suspiro mientras rezaba en la azotea. Un hecho que conmocionó la opinión pública y que ahora, 31 años después, le llevará a ser beatificado, como así ha anunciado el Papa Francisco que hará próximamente: “Que su ejemplo de hombre de fe ilumine a los gobernantes. Pido a los obispos belgas que se comprometan a llevar adelante esta causa”, expresaba el Pontífice en una misa celebrada en Bruselas, en una iniciativa que ha sido muy bien recibida por sus fieles.
El Monarca de los belgas estaba de vacaciones en su residencia de verano junto a su esposa, la Reina Fabiola. Lo hizo en su pedacito de paraíso, de 26.000 metros cuadrados, Villa Astrida, con vistas al mar y con Sierra Nevada en el horizonte. Aquí falleció, víctima de un infarto a los 62 años, un año después de haber sido operado de problemas cardiacos. Aunque su salud no era tan buena como se le esperaba a su edad y dada su tranquila rutina, pues tuvo que ser intervenido antes de la próstata y su estado siempre quedaba tras un halo de misterio. No se pudo tras conocerse su repentina muerte en la azotea a la que subía a encontrar paz y a sí mismo, cuando acudía al encuentro de Dios.
“Subía a la otea de la casa con muchísima frecuencia, porque le gustaba estar tranquilo en oración”, decía su sobrina nieta, Ana María Chico de Guzmán en ‘Lazos de Sangre’, TVE, cuando hicieron un especial sobre los Reyes de Bélgica. “Subió a rezar y aquí falleció. Le dio un infarto y aquí lo encontraron”, relata cómo fue su último suspiro en su rincón del mundo terrenal, cuando estaba orando: “Subió a rezar y a la hora de la cena lo llamaron como siempre con la campana y no bajaba. Entonces intentaron subir mi tía con el general que estaba en ese momento de guardia y no consiguieron abrir la puerta. Se fueron por el planchero y mi tía se subió por la escalera de emergencia”. No se pudo hacer nada por él. Desde Bélgica se organizó su repatriación y puso en marcha el funeral de Estado del 7 de agosto, al que acudieron los Reyes Juan Carlos y Sofía en representación de España.
Los Reyes de Bélgica siempre destacaron por su profunda fe, a la que recurrían en momentos clave de su vida, pero también de forma rutinaria en su intimidad. Así lo han destacado desde su círculo más próximo, lo que hizo incluso que en su adiós se le dispensasen honores de santo, por haber sido un rey dedicado a la oración constante y a la lectura del Evangelio. Es más, se decía que su profesión frustrada había sido sacerdote, pero el trono se lo impidió. Lo mismo de su esposa, Fabiola, que tenía pretensiones de vestir hábitos antes que coronas. Ahora, el Papa Francisco ha querido que se tenga en cuenta su ejemplo, que se le reconozca su sacrificio e “ilumine a los gobernantes” con su enseñanza. Lo expresó este domingo en una misa, aunque antes, este mismo sábado, tuvo ocasión de rezar por su eterno descanso ante la misma tumba del Rey Balduino de Bélgica, en la iglesia de Nuestra Señora de Laeken.
✕
Accede a tu cuenta para comentar