París
Ingrid, la amiga y el refugio de Le Pen tras su derrota, con la que comparte vida y casa
La política francesa vive desde hace cinco años con su amiga de la infancia, su compañera de vida tras su último divorcio
El clan de los Le Pen no solo tiene una capacidad infinita de reinventarse políticamente, sino también de generar interés a partir de lo que sucede de puertas adentro en sus mansiones. La historia de la dinastía está cargada de traiciones, enemistades, pactos y también amores entrelazando, en muchas ocasiones, las páginas de política con las del corazón. Esta campaña de las legislativas ha sido la del descubrimiento de su gran apoyo para capear el vendaval político. La mujer con la que comparte vida y casa. Se llama Ingrid y se desconoce su apellido y buena parte de los datos de su vida. Algo que ha contribuido a aumentar el halo de misterio de la que es el gran apoyo en la sombra de Le Pen. Se instaló en su casa hace cinco años, al mismo tiempo que los hijos de la lideresa volaron del nido. Amigas desde los dos años, Marine no olvida cómo vivió junto a ella uno de los momentos más duros de su vida. «¿Por qué vivir sola si puedo hacer con una compañera? Tiene hijos en la edad de los míos, nos unen muchas cosas y hemos encontrado el equilibrio», confesó en el programa de televisión de entrevistas de la periodista Karine Le Marchand «Une ambition intime». Ingrid se expresó en términos parecidos: «Siempre nos hemos seguido, nunca hemos perdido el contacto y después de diferentes peripecias en mi vida Marine me propuso irme a vivir con ella. Es como una hermana».
Tareas domésticas
Ingrid es quien cocina, algo que Marine odia. En ocasiones Ingrid se ha encargado de organizar algunas de las cenas y eventos con otros políticos que han tenido lugar en la mansión de Le Pen, aunque el día a día de ambas es bastante distinto y lejano a la política, con la jardinería y el cuidado de gatos como sus dos principales aficiones. De hecho, los vídeos y memes de Le Pen con gatos son ya casi una tradición en las redes sociales en Francia.
Durante gran parte de sus 55 años, Marine Le Pen ha vivido a la sombra de su padre. El fundador de Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, vio en su hija la mejor sucesora. La líder del Reagrupamiento Nacional vive desde hace unos años en una gran mansión en Saint-Cloud, una de las zonas más del extrarradio oeste de París, el más acomodado. La compró después de que se decidiera a abandonar Montretout, el castillo de su padre, después de un episodio que la traumatizó: el dóberman de Jean-Marie mató a dentelladas a su gata bengalí. Atrás quedaba el castillo y sus matrimonios fallidos. El primero, en 1995, con un ejecutivo que trabajaba para su partido, Franck Chauffroy. Tras cinco años de convivencia y tres hijos (Jehanne, de 24 años, y los mellizos Louis y Mathilde, de 23), la pareja se acabó divorciando en el año 2000. Poco después, en 2002, selló su relación con Eric Lorio, que fue secretario nacional del partido. Sin embargo, una vez más, su matrimonio acabó antes de lo esperado ante la enorme presión recibida por su familia por desavenencias políticas. Su siguiente apuesta en el amor fue junto a Louis Aliot, secretario general del partido y alcalde de Perpiñán. Como las anteriores relaciones, la suya acabó tras una convivencia infructuosa de diez años. Alejada ya de cualquier implicación amorosa, ahora la vida de Le Pen se centra en sus gatas y en la convivencia con su gran amiga Ingrid.
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