Opinión

El diario de Amilibia: ¿Lo mío es pecado o no, padre?

De acuerdo: vestirse para incitar a los hombres al apareamiento para la continuidad de la especie es una idea de la Edad de Piedra. Ahora las mujeres se visten o desvisten para Instagram o para declararse al «Satisfyer»

El Papa a un joven trans: "El Señor siempre camina con nosotros, incluso si somos pecadores, nos ama tal y como somos"
El Papa Francisco Europa Press

Por una entrega de Arcadi España, me entero de que en Barcelona han colocado cartelones para tratar de prevenir o combatir la violencia sexual. Una campaña llena de buenas intenciones pero tan infructuosa como lo sería otra destinada a restituir la confianza de la gente en los políticos. Dice una de las vallas publicitarias: «Increpar a una mujer con miradas de carácter sexual es delito». ¿Increpar? Uno de los escasos placeres que le quedan al vejestorio, y más si es un viejo verde como yo, es sentarse en una terraza a contemplar el desfile de culos gloriosos. En mi caso, la contemplación tiene un marcado carácter sexual, como cualquier mirada dirigida a la belleza carnal que la aprecie. No tiene carácter sexual, por ejemplo, la contemplación de la catedral de Burgos, aunque tendría que consultar al movimiento LGTBIQ+ si últimamente ha detectado un tipo de no binarios que le pone las catedrales.

¿Increpar? ¿Cómo voy a «reprender con dureza y severidad» (RAE) a la belleza y el esplendor? Milo Manara, gran dibujante, padre del tebeo erótico, dijo: «El culo femenino me recuerda a la perfección del universo». Para él, el culo es lo más perfecto de la creación, el mundo se resume en un gran culo. Y añade el artista: «Hay un sector del feminismo que considera que el deseo es una ofensa y que no quiere que nadie las desee». Ahí está. De acuerdo: vestirse para incitar a los hombres al apareamiento para la continuidad de la especie es una idea de la Edad de Piedra. Ahora las mujeres se visten o desvisten para Instagram o para declararse al «Satisfyer». Pero la Autoridad, ya metida en nuestra cama, ¿qué va a hacer ahora para controlar las miradas? ¿Nace el inspector de miradas? Y si denuncian ellas, ¿cómo demostrarán que era increpación con carácter sexual y no pura admiración?

¿Lo mío es pecado o no es pecado, padre Gobierno?