Londres
El hospital St.Mary se convierte en un hervidero a la espera del bebé real
La duquesa de Cambridge podría haber abandonado la casa de sus padres en Berkshire para regresar a su residencia familiar en Londres
La duquesa de Cambridge podría haber abandonado la casa de sus padres en el condado inglés de Berkshire para regresar a su residencia familiar en Londres al tiempo que continúa hoy la espera del nacimiento del primer hijo de Guillermo y Catalina.
La duquesa ha dividido su tiempo entre su domicilio oficial en el Palacio de Kensington, en la capital británica, y la casa de sus padres en Bucklebury, Berkshire.
Frente a una fuerte expectación por la llegada del bebé, que ocupará el tercer puesto en la línea de sucesión a la corona británica, después de su padre y de su abuelo, el príncipe Carlos, el canal británico Sky News indica hoy que Catalina, acompañada de su esposo, habría viajado ya de vuelta a Londres, donde el nacimiento del bebe podría ocurrir en cualquier momento.
No obstante, no está claro si los duques se han dirigido directamente al ala de maternidad privada del hospital St.Mary, donde un equipo médico atenderá el parto de Catalina, y que desde hace dos semanas es un hervidero de periodistas, cámaras y fotógrafos, o si han regresado al palacio de Kensington.
Fuentes oficiales confirmaron que la duquesa saldría de cuentas este mes, pero nunca especificaron una fecha exacta.
No obstante, los medios de comunicación especulaban hasta hace unos días con el pasado 13 de julio.
Catalina dará a luz dos años y tres meses después de casarse con el príncipe Guillermo en la Abadía de Westminster, en Londres, donde entró como Kate Middleton (su nombre de soltera) y salió como Catalina, duquesa de Cambridge.
El esperado "bebé real", como le ha bautizado desde el principio la prensa, será el primer nieto del príncipe de Gales y el tercer bisnieto de la reina Isabel II de Inglaterra.
El exterior del hospital londinense de St.Mary, donde está previsto que nazca el primogénito de los duques de Cambridge, es un hervidero de periodistas y curiosos ante la inminente llegada del "bebé real", al que esperan desde hace dos semanas.
Frente a la puerta del ala de maternidad privada del centro médico, donde se confirmó que llegaría el que será príncipe o princesa de Cambridge, continúan apostados más de 70 periodistas de medios de todo el mundo, que ocuparon su puesto hace casi quince días.
Aunque desde palacio nunca se ofreció una fecha oficial para la salida de cuentas de la duquesa de Cambridge, algunos periódicos publicaron, a partir de comentarios extraoficiales de Buckingham, que Catalina daría a luz el pasado 13 de julio, por lo que decenas de fotógrafos acumulan varios días de guardia.
Es el caso de Andy Rain, reportero gráfico de la agencia de fotografía EPA, que vigila desde hace diez días la puerta de St.Mary de 8 de la mañana a 5 de la tarde, cuando llega su relevo para esperar noticias sobre el ingreso de la esposa de Guillermo.
"Estamos esperando para al final captar 30 segundos de locura, y mientras tanto sólo podemos hacer fotos de la espera que ya no interesan a ningún periódico. Todo el mundo está cansado ya", dijo Rain a Efe.
La excitación de lo que parecía ser un parto inminente el lunes se ha diluido y ante la ausencia de novedades los medios británicos han recurrido a la especulación sobre la fecha en que nacerá el tercero en la línea de sucesión al trono británico.
Se ha visto como "pistas"que los miembros de la familia real mantuvieran su agenda y se ha mirado con lupa cualquier comentario procedente del círculo íntimo de la pareja, como el de la madre de Catalina, Carole Middleton, que comentó que el bebé sería Leo, por lo que no nacería hasta el 24 de julio.
Así las cosas, la expectación en St.Mary ha atraído a forofos de la familia real británica como Terry Hupp, de 79 años, que sigue las "muertes, bodas y nacimientos"que ocurren en la familia de Isabel II desde que tenía 4 años, según explicó a Efe.
Hupp, ataviado con camiseta, pantalón corto y calcetines con la bandera británica, lleva nueve días acampado en un banco frente al hospital en el que acumula toallas y almohadas para estar cómodo hasta que sea testigo del feliz acontecimiento.
"Al principio se quejaba el personal del hospital de que estuviera aquí, pero ahora ya no me dicen nada. Nos hemos hecho amigos", aseguró.
A su espera se unen cientos de ciudadanos a través de Twitter, donde bajo el 'hashtag' #GreatKateWait (la gran espera de Catalina) se hacen apuestas sobre la fecha real en la que la duquesa de Cambridge saldría de cuentas, que según aventura hoy "The Daily Telegraph"sería hoy mismo.
Andy Rain confía en que así sea mientras vuelve a su puesto, escogido estratégicamente para poder fotografiar el rostro del bebe, del que aún se desconoce su sexo, cuando salga de la clínica.
"Hay muchas entradas distintas y seguramente no les pillaremos cuando lleguen. Nosotros esperamos para hacer sólo una foto, la de Guillermo y Catalina posando con el bebé cuando abandonen el hospital", explicó.
Como otros informadores, ocupa un pequeño sitio en una estrecha acera acordonada por la policía, donde esperan escaleras y trípodes de cámaras de televisión de todo el mundo mientras sus dueños alivian su larga guardia en la abarrotada cafetería de la zona, que hace su agosto convertida en una improvisada sala de prensa.
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