Despedida
Lágrimas, recuerdos y algún reproche en el viaje más duro de Alba Santana
La hija pequeña del tenista viaja a Madrid, seis meses después de perder a su madre, para estar en su último adiós
El vuelo en avión entre Ámsterdam y Madrid dura poco más de dos horas y media. Pero, el tiempo, parece detenerse para Alba que sigue atrapada en sus recuerdos y lamentándose de las ocasiones perdidas. Mientras recorre la distancia entre su país de adopción, Holanda, y Madrid, ciudad que rinde homenaje a su padre, Manolo Santana, hoy en la Caja Mágica, se amontonan los recuerdos. Revivir los tiempos felices que vivió en Marbella con su padre y su tercera esposa, Otti Glanzielus, y los duros momentos que pasó en Madrid, una ciudad que, inevitablemente, asocia a su madre,Mila Ximénez, remueve sus sentimientos. Aunque suele contenerse, las lágrimas se agolpan en sus ojos.
Ambos, Mila y Manolo, han muerto con apenas seis meses de diferencia dejando a Alba huérfanay con la pena de no haberse podido despedir de su padre como quisiera. Así como con su madre se reprochó no haber sido consciente del poco tiempo que le quedaba, la reconforta haberle podido dar la mano en su último suspiro. Mila, que había tratado de evitarle al máximo el sufrimiento, la llamó cuando tomó la dura decisión de sedarse. Quiso despedirse de todos sus seres queridos, mirándoles a los ojos y transmitiéndoles todo su amor y mucha paz. A su padre, a quién no ve desde hace casi una década, no ha podido darle un abrazo ni decirle adiós en persona, lo que hace aún más dura la perdida.
Distanciada de su padre desde su divorcio de Otti Glanzielus y tras el renacimiento televisivo de Mila Ximénez
La distancia que se instaló entre padre e hija coincide con el inicio de la relación sentimental de Manolo con su última mujer, Claudia Rodríguez, poco después de su boda con Avid Mirón en junio de 2006 y en pleno resurgir televisivo de Mila Ximénez. Aunque no se sabe qué fue lo que dinamitó la union paternofilial, la llegada de Claudia Rodríguez a la vida del tenista y la cercanía de Alba a su madre, hizo mella en la relación entre la joven empresaria y Manolo Santana.
Alba, la hija favorita del campeón, fue una de las damnificadas de los brutales ataques de Mila a la última mujer del tenista. Mientras Claudia decidía actuar por lo civil y lo penal contra la colaboradora de Sálvame, Manolo confió en que su hija mediara en el conflicto que se había instalado entre las dos mujeres. No era fácil frenar la ira de la tertuliana y ni siquiera Alba podía hacerlo, lo que acabaría pasándole factura. De hecho, si Claudia no ha retirado los procedimientos contra la difunta, será Alba, como su heredera universal, la que tenga que responder a la posible responsabilidad civil de una condena póstuma. Un litigio que separa, aún más, a la hija menor del tenista de la viuda de Santana.
Alba se apoya en sus hermanos y sus tíos maternos para superar su tristeza
Aunque, según ha trascendido, Alba sabía el estado crítico en el que se encontraba su padre, unos días antes de fallecer, todo indica que no hubo reconciliación entre ellos. Tampoco, según ha trascendido, la muerte de Mila Ximénez propició lo que todos esperaban: la llamada de Manolo a su hija para acompañarle en tan duros momentos. Si entonces no esperaba que su madre se fuera al año del fatal diagnóstico, la muerte de Manolo Santana le ha privado de esa conversación pendiente y de ese último adiós.
Lo mismo le ha ocurrido a sus otros tres hermanos: Manel, Borja, y Beatriz, hijos de la primera mujer del tenista, Fernanda Dopeso, quienes tampoco mantenían relación con su padre desde que comenzara la relación con la colombiana. A ella es a la que todos culpan del aislamiento del tenista en sus últimos años de vida, no sólo de sus hijos, también de muchos de sus amigos y colaboradores más cercanos. Sí pudo estar con él, Bárbara, la hija que el tenista tuvo con una azafata de vuelo y la más próxima en edad a Alba. Ella, junto a la viuda, recibió a las autoridades y amigos que acudieron al tanatorio de Marbella a darles el pésame y se mostraron muy cariñosas la una con la otra.
Alba se ha quedado huérfana de padre y madre. Sus hermanos y sus tíos maternos, además de Avid y sus dos hijos, son quienes le ayudan a encarar esta pérdida cuando aún no ha superado el duelo por la muerte de su madre. Hoy, en el homenaje que se rinde a su padre en la pista central de la Caja Mágica que lleva su nombre, Alba se reencontrará con su héroe, el hombre por el que sigue sintiendo mayor admiración y respeto.
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Pasividad ante la tragedia