Opinión

Los sábados de Lomana: La tarde mágica en que acabé empapada en la Feria de Sevilla

Carmen Lomana en la Feria de Abril
Carmen Lomana en la Feria de AbrilCarmen Lomana

Llegué de Sevilla saturada y agotada. Admiro la actitud, el entusiasmo y la resistencia de los sevillanos para estar una semana sin parar de bailar, comer, beber y divertirse hasta las tantas de la noche. Me decían que a la feria se va a mediodía y de ahí ya no se sale hasta las tres o cuatro de la madrugada. Olé y olé por su buena salud. Debo ser una floja, ya saben mi predisposición para divertirme, pero al tercer día ya estaba para el arrastre. Mi feria ideal es llegar en coche de caballos y ver ese espectáculo maravilloso de color y belleza con preciosos carruajes, que muchas familias cambian cada día. Yo me paseé en Landeau con guarnición a la Inglesa, es un coche muy elegante y cómodo, con mi amigo Rubén Ruspoli; otro día fui en un Breaker a la calesera llamado así por llevar los caballos enjaezados con cascabeles alegrando el paseo con su soniquete. La mañana en el Real de la Feria es uno de los espectáculos más bellos del mundo, los jinetes con maravillosos caballos, mujeres vestidas de flamencas a la grupa, los hombres elegantísimos con sombreros de ala ancha y también algunos con calañés. Pero nada me gusta más que una mujer de amazona con traje corto. Victoria Marichalar nos ha dado su mejor versión, estaba espléndida vestida por Rocío Peralta con traje de amazona estilo antiguo, chaquetilla de terciopelo granate bordada con azabaches antiguos, sombrero elegantísimo llamado «catite» que tiene un aire rondeño.

Victoria Federica en la Feria de Abril.
Victoria Federica en la Feria de Abril.@jesusisnard

Cuando vas en coche de arrastre o a caballo, paras delante de las casetas de tus amigos donde siempre te ofrecen un rebujito con tapa que sabe a gloria bendita, más tarde parada obligatoria para almorzar con amigos y algo de flamenco. Si eres aficionado a los toros en el mismo coche de caballos vas hasta la Maestranza. Yo fui el lunes para ver a mi torero favorito, Roca Rey, que tuvo el detallazo de enviarme dos entradas de barrera estupendas. Fue hacer el «paseíllo» y empezar a llover a cántaros, pero nadie se movió y así estuvimos hasta el final porque la tarde y los toreros nos embrujaron con su arte. El albero era una charca, los toreros descalzos y el toro, patinando. Hubo un momento mágico. El torero jugándose la vida, mientras jarreaba, el arco iris en lo alto, la ganadería, fuerte, noble, con trapío, la música de un pasodoble sonando. ¿Quién se iba a marchar? Nadie. Mi traje de flamenca empapado dobló su peso, las flores de mi pelo se cayeron y flotaban... pero no importaba estábamos viviendo algo muy bello.

Mi vuelta a la realidad de Madrid fue perezosa y desalentadora encontrándome a un Gobierno descabezado, jugando a espías, algo que da mucha vergüenza, no por el hecho en sí del Pegasus y las escuchas, sino porque los socios de Sánchez son tan poco fiables que un juez autorizó su vigilancia porque son elementos de amenaza para el Estado. De todas formas hasta Rufián ha comprendido que ni a él ni a sus colegas les van a revelar información ultrasensible en una comisión del Parlamento.

Dolores Delgado, la que fuera ministra de Justicia y ahora Fiscal General del Estado ha perdido en el Supremo por su forma arbitraria de nombramientos el control del Consejo Fiscal. Este Gobierno debería dimitir por su desvarío, pero eso es algo impensable, se les terminaría el «chollo» a muchos.

Otra realidad que no me interesa y, sin embargo, por la que me preguntan sin parar, es la de «Supervivientes» y el que fuera pareja de Miguel Bosé que ahora se ha montado un relato basado en distorsionar su vida. ¿Por qué está este señor en un reality? Tras media vida financiada por el cantante, Palau se ha dado cuenta de lo duro que es levantarse a trabajar. Debería respetarle y si habla de su relación que sea para bien.