Preocupación
Concha Velasco, el peor momento de la chica ye-yé
La actriz ya no volverá a sus amados escenarios, ni tampoco a su casa de Madrid, en la que tantos momentos ha vivido y compartido con su familia.
Concha Velascoya no volverá a sus amados escenarios, ni tampoco a su casa de Madrid, en la que tantos momentos ha vivido y compartido con su familia. Fue en febrero de este 2022, cinco meses después de su retirada, cuando se confirmó que la actriz se habíatrasladado a vivir a una residencia de ancianos del centro de la capital, debido, en parte, a sus problemas de movilidad derivados de la artrosis que padece. «Estoy muy contenta y bien atendida. Me gustaría que se contara la verdad, y la verdad es que estoy muy bien», explicaba entonces la artista a «LA RAZÓN», haciendo hincapié en el buen resultado de sus sesiones de rehabilitación.
Sin embargo, los que van a visitarla, que no son pocos, cuentan que ven a una Concha que no mejora ni evoluciona favorablemente, y que padece cada día más las consecuencias de los achaques propios de la edad y de sus vivencias pasadas. Su salud preocupa, y mucho, a sus seres queridos, quienes la apoyan, admiran y respetan por encima de todo. Ella se muestra positiva, pero lo cierto es que los que la rodean observan un evidente declive... Conocen bien lo delicado del asunto, y por eso prefieren no pronunciarse públicamente sobre el estado de salud de la actriz, siempre con el objetivo de proteger a la dama de la escena y evitar escándalos.
Aun así, la veterana intérprete intenta mantenerse animada, y si hay algo de lo que no se desprende es de su teléfono móvil. Día tras día, hace uso de aplicaciones de mensajería instantánea para hablar con los amigos y conocidos del gremio, a los que invita a que la visiten para recordar viejos tiempos y compartir anécdotas. Su deseo es permanecer acompañada el mayor tiempo posible, y aunque ha hecho buenas migas con sus compañeros del centro, nada como la presencia de su gente más cercana para sentirse mejor. Es por eso que Manuel y Paco acuden semanalmente a ver a su progenitora, cada vez que sus agendas se lo permiten. Cuando Concha no disfruta de la compañía de sus dos vástagos, a los que adora, observa una y otra vez el retrato hecho a carboncillo que tiene de ambos en el cabecero de su cama.
Los dos últimos años han sido especialmente duros para la vallisoletana. En octubre de 2020, cuando presentó junto a su hijo Manuel «La habitación de María», ya avanzó que podría ser su última función. Su salud, muy deteriorada desde que en 2012 se le diagnosticara un cáncer, le ha dado varios sustos en los últimos tiempos. Pero se trata de una mujer que le ha plantado cara a la vida y a los muchos reveses que ha sufrido a lo largo de sus más de ocho décadas, y cuyo camino ha tenido quizá más espinas que rosas.
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