Navidades
Ortega Cano: ilusión con Isabel Luna y el encuentro con José Fernando
Tras hacer oficial su divorcio de Ana María Aldón, el torero se muestra irreconocible estas Navidades
Fin de año agridulce para José Ortega Cano. Por un lado, los recuerdos de anteriores Navidades con su ya ex mujer Ana María Aldón, por el otro, su ilusión por tener algo más que una simple amistad con la cantaora Isabel Luna, la que dicen que es, ahora, la mujer que le hace sonreír y le crea mariposas en el estómago.
Además, estos días tiene a su hijo José Fernando en casa, porque en el centro de desintoxicación y rehabilitación en el que lleva ingresado desde hace cinco años consideran que el veinteañero ha avanzado muy positivamente en su proceso de recuperación y en unos meses le darán el alta definitiva. Así lo ha desvelado su hermana Gloria Camila: «Lleva cinco años limpio, está súper centrado y es un súper padre. Y esperamos que le den el alta definitiva en unos meses».
Para los que dejaron entrever que la ruptura matrimonial empujó al diestro a la amargura, les aseguramos que no es así. Nada más lejos de la realidad. Ortega parece haber resucitado con nuevos bríos y dispuesto a iniciar una nueva vida en la que no caben los llantos y las amarguras. Isabel tiene buena «culpa» de ello. Es una antigua amiga de décadas, y choca que jamás les habíamos visto juntos, mientras que en las últimas semanas ya han coincidido varías veces.
Al torero se le nota ilusionado, hasta ha recuperado las ganas de bailar y cantar al ritmo que marca Isabel, una de las cantaoras de flamenco más prestigiosas del panorama nacional. Aunque ella se empeña en negar lo que parece evidente y manifestar que lo único que le une a José es una simple y pura amistad, fuentes cercanas al viudo de Rocío dejan caer que esa amistad se está convirtiendo, poco a poco, en algo más potente: «La complicidad entre los dos es muy fuerte, se entienden a la perfección. José encuentra en Isabel a una persona que le hace reír, sabe escuchar y tiene gustos muy parecidos a los suyos. Los dos son libres sentimentalmente hablando y nada les impide unir sus caminos. Hacen muy buena pareja».
La metamorfosis de Ortega
El pasado fin de semana, Isabel y Ana María coincidieron en el plató del programa «Fiesta», al que la primera acudió como invitada y del que la segunda es tertuliana. La tensión entre ambas se notaba en el ambiente. Algunos de los colaboradores llegaron a acusar a Aldón de que parecía celosa ante la presencia de una mujer que se empeñaba en repetir que Ortega no era su novio: «No hay nada que contar. Fuimos al Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes por un asunto profesional, después tomamos un refresco, y de ahí me fui a mi casa. Esa es toda nuestra historia de amor. Nos conocemos desde hace muchos años».
En ese momento, Ana saltó un tanto ofuscada: «Bueno, bueno, en diez años nunca me habló de ti, ¿eso por qué?, ¿y ahora se acuerda todos los días de ti? Me han dicho que os mensajeáis bastante…». Y negó que se sintiera celosa: «No lo estoy, no te lo tomes a mal Isabel, si a mi me gusta que él entre y salga, y si lo hace contigo mejor». Con buena lógica la cantaora respondió que «estáis los dos en un periodo de separación, y es normal que os refugiéis en los amigos».
Insisto, mis fuentes me inciden en que «a Ortega le vemos muy contento cuando nos habla de Isabel, se le iluminan los ojos al referirse a esa mujer. En este último año, las desavenencias con Ana le pasaron factura, se sentía muy solo, apagado, sin ganas de nada. Ahora parece otro hombre…». En el seno de la familia Ortega han recibido con los brazos abiertos a Isabel Luna, estaban deseando que Ana desapareciera de la vida de José. El torero se encontraba entre la espada y la pared. Ahora se le ve más tranquilo, incluso más amable con la Prensa. La mala leche se le ha ido de pronto y se muestra amable con los reporteros. Nada que ver con el Ortega chillón y malencarado. Metamorfosis.
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