El pasado 13 de abril el mundo de las Letras se levantaba de luto con la noticia del fallecimiento de Mario Vargas Llosa. En el momento del óbito el Premio Nobel se encontraba rodeado de toda su familia, incluida su mujer Patricia Llosa y sus tres hijos, Álvaro (59), Gonzalo (58) y Morgana (51). Especialmente unido al escritor estaba su hijo mayor Álvaro, quien ha sido durante los últimos treinta años su mano derecha y el apoyo más firme del escritor en la gestión de su carrera literaria. Además, como hijo mayor del escritor, Álvaro será quien herede el marquesado de Vargas Llosa, dignidad nobiliaria que ostentaba el escritor peruano desde febrero de 2011. De los tres hijos de Vargas Llosa, él es, sin duda, el que tiene un perfil eminentemente más literario de todos. Además de político y conferenciante, Álvaro heredó la vena literaria de su padre, publicando varios libros.

En lo personal, su azarosa vida amorosa guarda, curiosamente, un gran paralelismo con la vida sentimental de su padre. Después de más de 20 años de matrimonio vivió –igual que su padre– un sonado divorcio en 2021 con su mujer, Susana Abad Lanata, con quien tuvo tres hijos, Julio, Leandro y Aitana. Tras la ruptura inició una relación sentimental con Nada Chedid Ziade, una traductora libanesa vinculada al Instituto Cervantes de Beirut. En una carta abierta dedicada a «Varguitas» (el apelativo cariñoso por el que llamaba a su padre) titulada «Elogio fúnebre de mi padre, Mario Vargas Llosa», el propio Álvaro reconocía el doble luto que está viviendo estos días. «Mientras tú agonizabas, morías y se iniciaba mi duelo, mi pareja no tuvo mejor idea que regresar a su país para siempre sin que medie una conversación de despedida o una explicación definitiva», reconocía.

Aparte de ser el mejor valedor de su padre, Álvaro Vargas Llosa era también su socio en los negocios. En agosto de 2016 padre e hijo fundaron Misti Copyright SL, una sociedad dedicada «la adquisición, registro, tenencia, disfrute, gestión, ejercicio, administración y explotación de los derechos de autor», de Vargas Llosa. En la sociedad el escritor peruano ocupaba el cargo de administrador único de la sociedad y su hijo Álvaro figuraba como apoderado con plenos poderes en la empresa. En ella aparecía también con el mismo cargo Fiorella Battistini, asistente personal del Nobel.

Incumplimiento

La empresa, radicada en la calle de la Flora, la casa propiedad del escritor en pleno centro de Madrid, ha vivido en los últimos años algunos vaivenes. Desde el pasado 1 de enero la sociedad está apercibida por el Registro Mercantil de un posible cierre de la hoja registral por el incumplimiento de sus obligaciones mercantiles. A tenor de esas cuentas podemos saber que la sociedad deterioró su patrimonio neto pasando de los 500.000 euros de 2020 a estar en números rojos por valor de 109.000 euros en el ejercicio 2021. La empresa, además, declaraba deudas por 537.000 euros, algo que contrasta con la cifra millonaria de facturación, más de 2 millones de euros. Los números millonarios chocan frontalmente con los gastos de explotación de la sociedad (1,9 millones de euros), que se comen el beneficio de la empresa declarando la sociedad pérdidas al final del ejercicio de 112.000 euros. Pero no hay que preocuparse. Al margen de una fortuna de derechos de autor, heredarán vasto patrimonio en ladrillo compuesto, aparte del piso de Madrid, por un apartamento en Manhattan, una casa en la parisina rue de Saint Sulpice y un piso en la mejor zona de Lima.