
Vida
Amparo Rivelles: la gran dama del teatro que escandalizó a los más puritanos del régimen franquista
Hoy la actriz habría cumplido 100 años

Hoy habría cumplido cien años. Amparo Rivelles nació el 11 de febrero del 2025 dentro de una familia de icónicos artistas. Sus padres fueron Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Guevara, dos icónicas figuras del teatro, de ellos heredó los genes que le convertirían en una de las grandes damas de los escenarios. Admirada por todos y protagonistas de obras memorables y películas difíciles de olvidar.
Pero no todo son parabienes en su existencia. Su carácter liberal e independiente la convirtieron en madre soltera, un hecho que escandalizó a los más puritanos del Régimen franquista. Ella intentó ocultar su embarazo y se evadió del mundo en un chalet en el campo, pero la noticia salió a la luz y las criticas fueron vergonzantes, algo que a Amparo le importó bien poco, consecuente con la decisión que había tomado. Eso sí, nunca descubrió el nombre del padre de su hija María Fernanda, se lo llevó a la tumba junto a otros de sus secretos.
Tenía tan solo quince años cuando debutó en el cine con el filme “Mari Juana”, al que siguieron otros de marcha o histórico, como “La leona de Castilla”, “Eugenia de Montijo”, “Alba de América” o “La duquesa de Benamejí”, que la encumbraron, aún jovencita, a lo más alto del panorama cinematográfico hispano. Tal fue su éxito que el mismísimo director Orson Welles la elogió para un papel en “Mr Arkadin”.
Su carrera en España se vio paralizada cuando en 1957 se marchó a México para protagonizar la obra “Un cuarto lleno de rosas”. Iba para unos meses y se quedó durante veintidós años.

Regreso a nuestro país en 1971 para encabezar el reparto de “Salvar a los delfines”. ya se la consideraba una diva de los escenarios. Su trabajo en “Hay que deshacer la casa” fue memorable. Era la gran dama del teatro, avalada por obras como “Rosas de otoño”, “El abanico de lady Windermere”, “La loca de Chaillot”, “La Celestina”, “Paseando a Miss Daisy” o “Los padres terribles”.
En enero del 2006 se despedía desde el escenario de un teatro santanderino, donde interpretaba “La duda”, de una carrera artística inmejorable. Desde entonces, se recluyó en su casa madrileña de la calle Flor Baja, paralela a la Gran Via, donde tuve la suerte de poder entrevistarla en dos ocasiones. La última vez que nos vimos ensalzó la figura de su medio hermano, Carlos Larrañaga, le quería muchísimo.
Me confesó que “Alfredo Mayo fue mi primer gran amor, estuvimos a punto de contraer matrimonio, pero mi madre no quería verme casada con apenas diecisiete años y me convenció para suspender la boda.” Después vinieron otros amores, como el de aquel apuesto capitán del Ejército español el actor mexicano Jorge Mistral. El resto forman parte del oscurantismo que presidió su vida sentimental. Me llegó a confesar que “he tenido unos cuantos amores, pero unos están casados y los otros muertos. Permanecen en mi corazón y no pienso hacerlos públicos”. El siete de noviembre del 2013, Amparó fallecía en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Diaz a causa de una osteoporosis.
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