Opinión

El diario de Amilibia: Marisú y su alma, ay

"Leo que, según los wasaps publicados, la ministra de Hacienda tenía una relación muy estrecha con el entonces ministro, al que llamaba cariñosamente «tronco». Un año después del cese de Ábalos, le escribió: «Te tengo en mi alma»"

María Jesús Montero en un pleno, en el Congreso de los Diputados.
María Jesús Montero en un pleno, en el Congreso de los Diputados. Alberto R. Roldán La Razón

Lo de los wasaps filtrados se ha convertido en la telenovela del año. Hay de todo, como en los mejores culebrones turcos: pasión, amor, desamor, celos, odio, ambición, traición…Se echa de menos un asesinato, pero no parece que al final Ábalos se atreva a propinarle la puñalada trapera al César, o sea, al Apolo de la Moncloa. Según la opinión generalizada, aún no certificada por Tezanos, el ex ministro es más Torrente que Bruto. Hablando de amor y desamor, ahí tenemos a la Marisú y su incomparable historia de pasión desenfrenada con Ábalos, al que luego negó. Leo que, según los wasaps publicados, la ministra de Hacienda tenía una relación muy estrecha con el entonces ministro, al que llamaba cariñosamente «tronco». Un año después del cese de Ábalos, le escribió: «Te tengo en mi alma». Por tenerlo en tan alta consideración espiritual, parece que Ábalos le correspondió no invitándola jamás a las fiestas erótico-festivas que organizaba con su tronco Koldo en los paradores. Gran delicadeza.

Leo más: «Esta cercanía choca con lo que declaró Montero en 2024 en la comisión de investigación del Senado del caso Koldo, donde aseguró que ella y Ábalos “no éramos amigos”». Todavía no le ha negado tres veces, como Pedro a Jesús, pero en esta telenovela el gallo no ha terminado de cantar. Comentan diversas fuentes que en el alma de la Marisú la amistad y las pasiones son de quita y pon, como los modelos de Mango de la Yoli o como un piso turístico, que se alquila por temporadas. El Apolo de la Moncloa no debería fiarse mucho de los fervores que le dedica su vicetiple en forma de aplausos o abrazos. Te puede decir «te tengo en mi alma, tronco» pero en realidad una ministra de Hacienda solo está pensando en tu declaración de la Renta, tronco.