
Negocios
La fórmula de la Coca-Cola de los Daurella: de importar bacalao a facturar 177 millones de euros
Sol Daurella, «Miss Coca-Cola», reina en silencio del imperio embotellador europeo. Discreta, poderosa y amante de los caballos, esquiva focos y fiestas mientras lidera uno de los negocios familiares más sólidos

La imagen de Sol Daurella, presidenta de la empresa embotelladora de Coca-Cola es prácticamente invisible. No hay referencia gráfica más allá de su presencia en asuntos relacionados con consejos de administración, juntas de accionistas y similares. Una de las pocas veces que ha pasado por un photocall, ajeno a temas que nada tienen que ver con su dedicación profesional, fue su asistencia a los Premios Planeta con su marido Carles Vilarrubi. No participa del mundo social de fiestas y eventos patrocinados que se organizan en Barcelona donde vive y tampoco en la capital. La discreción es su lema de vida y eso le ha servido para tener una existencia personal ajena a la prensa del corazón. Su nombre aparece en la lista Forbes como una de las mujeres más potentes de España junto con Marta Ortega, Ana Patricia Botín, María del Pino Calvo-Sotelo y Hortensia Herrero, entre otras empresarias que forman parte de esa «high class» económica de España. Todas ellas con ese denominador común de no querer formar parte del salseo social y evitar cualquier tipo de escándalos. Las traiciones en las mega herencias no son casos extraños, pero en la familia Daurella el organigrama está muy bien definido. Estos días la prensa económica se ha hecho eco de una noticia positiva para la firma. A través de su holding Olive Partners, ha recibido una importante retribución en dividendos de Coca-Cola Europacific Partners (CCEP) por un total de 177 millones de euros, en 2024, a repartir entre los accionistas. Esta cantidad representa un incremento respecto a los 161 millones percibidos en 2023, según el informe través de su holding Olive Partners. Unas cifras públicas que demuestran el buen hacer de la presidenta a la que algunos periodistas del sector salmón la denominan con cariño «Miss Coca-Cola». Los que la han tratado la definen como «una mujer educadísima, con una memoria increíble y que es capaz de recordar algunos aspectos personales. Una de las veces que coincidí con ella estaba embarazada y tiempo después ya con mi hija de un año me pregunto cómo estaba y como se llamaba. Cuando le dije que Eva, comento “como mi hermana”. Me llamo la atención ese detalle y que me dijera que vivía en Sevilla y criaba caballos. Me enteré que la yeguada se llamaba Cantalobos y tiene mucha fama en ese sector».

No da entrevistas personales, pero sí tiene esa delicadeza de dar un no alargando la negativa en el tiempo. De lo que sí le gusta hablar, cuando hay confianza, es de temas hípicos. Es una de sus grandes aficiones que practican otros miembros de su familia. Participa en los campeonatos de salto tanto en individual como por equipos. Acude siempre que puede al club de Polo en Barcelona donde también tiene sus caballos. De las pocas imágenes que hay suyas fuera de sus apariciones como empresaria son precisamente en los circuitos nacionales donde alguna vez ha coincidido con la Infanta Elena. Una de sus primas esta casada con el que fue olímpico Alfredo Fernández Durán que, junto con Luis Astolfi, han sido los amigos fieles de la Duquesa de Lugo. La presidenta Daurella tiene dos hijos: José Albiol, de su primer matrimonio y Sol Villarubi. El primero forma parte de la tercera generación que se incorporó a la empresa y vive y trabaja en Madrid. Tiene un currículum importante y antes de incorporarse al negocio familiar trabajo en un banco suizo y en consultoras ajenas, como nos cuentan: «Todos los que entran en el organigrama han debido desarrollar experiencias laborales externas. Es una manera de saber moverse en mundo ajenos fuera del ámbito más protector de la familia. Una norma de la casa».
Importación de bacalao
La historia económica se remonta a 1951 con Santiago Daurella Rull. Formaba parte de una familia dedicada a la importación de bacalao desde el siglo XIX. El abuelo de la actual presidenta decidió cambiar el rumbo laboral. Del bacalao pasó a embotellar bebidas carbónicas. Una de ellas, Sandaru, se convirtió en una de las preferidas de la clase alta. Esa decisión cambió el rumbo de su vida y la de sus herederos. Logró la primera licencia para embotellar la bebida en España. Dos de sus hijos, José y Francisco, fundaron la empresa Cobega, inicio de lo que hoy es la joya de la Corona. Una de las hijas de José es Sol, que contaba en una conferencia en Atlanta que, de haber tenido un hermano, su vida habría sido distinta: no habría sido la «hereu».
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