Linares

Blesa: novio a la fuga

Miguel Blesa, a la salida de la cárcel
Miguel Blesa, a la salida de la cárcellarazon

Parece que la tarjeta de invitación de la boda de Miguel Blesa permanecerá en el cajón más tiempo de lo esperado. El pasado 8 de junio era el día en que el ex presidente de Caja Madrid y su novia, Gema Gámez, contraerían matrimonio en segundas nupcias y por lo civil en la finca de Las Jarillas. El inminente ingreso de Blesa en la prisión de Soto del Real por la posible venta irregular del City National Bank de Florida supuso que el enlace se suspendiera. Según informó un invitado a este periódico, ya la primera vez que ingresó en la cárcel, tras conseguir aunar la fianza de 2,5 millones de euros, Blesa se reunió con su prometida para llegar a un mutuo acuerdo: la boda se aplazaba.

El enlace quedó así «en el aire» a expensas de que el inspector de Hacienda saliese de prisión, lo que sucedió el pasado jueves 20 de junio. LA RAZÓN ha vuelto a ponerse en contacto con uno de los invitados y persona muy allegada a Blesa, para conocer cuáles serán los pasos del máximo ejecutivo, ya puesto en libertad: «No, no he vuelto a recibir ninguna invitación», se ríe. Según informa, en estos momentos no entra dentro de los planes de la pareja retomar el tema de la boda, al menos a corto plazo. Y no por motivos familiares: según asegura un íntimo suyo que lo conoció en Linares –donde están los orígenes del banquero–, su hija, fruto de su primer matrimonio con María José Portela, dudaba ilusionada si ponerse pamela o no.

El motivo es que, a pesar de haber salido de prisión, si la Audiencia de Madrid ha anulado el auto por el que el juez Elpidio José Silva decidió ingresarlo bajo una fianza de 2.5 millones de euros–incluso podría querellarse–, sí encuentra indicios suficientes para que la investigación siga abierta. Por lo que Blesa estaría esperando a que el proceso judicial toque a su fin. «El día en que todo termine pensarán qué hacer», asegura. Lo que no depende únicamente de la Audiencia Provincial de Madrid o del magistrado. Este allegado no descarta que el ex presidente de Caja Madrid emprenda acciones legales contra José Silva. Lo que significa, insiste, que «no está en su cabeza casarse». Eso sí, en caso de que finalmente se celebre el matrimonio, asegura que será en un ambiente íntimo, con un número reducido de invitados y alejado de los focos, por lo que todo se llevará con la máxima discreción. «En principio no sería en Las Jarillas, como se pensó antes de que se desatara todo esto».

Gema Gámez y su prometido, 26 años mayor que ella, se conocieron cuando ambos trabajaban en la entidad bancaria. Fuentes cercanas a la pareja informaron de que cuando Blesa se fue de La Caixa, Gámez tuvo que hacer lo propio, ya que fue «víctima de una regulación de empleo». Su relación no «salió a la luz» hasta hace aproximadamente cinco años. Si la máxima en la actitud de ella ha sido, precisamente, pasar lo más desapercibida posible –la última vez que se les vio juntos fue en el entierro del padre de Ana Botella, en noviembre de 2011–, la de Blesa no será menos ahora. Sino más. Según cuenta este allegado, la intención del ejecutivo es no dar qué hablar a la prensa. «Ahora que es multimillonariamente famoso se expondrá menos, saldrá menos a cenar o a sitios conocidos». Blesa estará así muy al tanto de la popularidad de los sitios que frecuente, para pasar lo más desapercibido posible. Quizá se dirija unos días a Las Arribes del Duero, uno de sus destinos favoritos, o se decante por degustar la bodega del Capricho, en León.

«Recuerdo perfectamente lo que me dijo cuando salió de la cárcel: yo estoy fuerte», asegura este invitado. «Más que contento, le he notado tranquilo. Es una persona muy racional, y es plenamente consciente de su inocencia, de no haber cometido ninguno de los delitos por el que se le acusa», asegura.