Historia

Barcelona

Marichalar evita hablar de Urdangarín

Jaime de Marichalar, acompañado de Carla Royo Villanueva durante el desfile de Mango en la 080 Barcelona
Jaime de Marichalar, acompañado de Carla Royo Villanueva durante el desfile de Mango en la 080 Barcelonalarazon

Mientras Jan, el sobrino de Iñaki Urdangarín, sufriía acoso mediático como azafato en la pasarela 080 Barcelona, Marichalar estuvo totalmente relajado. Sonriente y tranquilo, como en pocas ocasiones le hemos visto, aprovechó para comentar que ya no va al Hotel Mandarín de María Reig, tan emblemático en el Paseo de Gracia, y cuya propietaria prevé volver a su Andorra natal para huir de la fiscalidad catalana, tan agobiante como la de Francia. Que le pregunten si no a Gérard Depardieu, a quien conocí cuando los de Marina D´Or abrieron sus oficinas en la Rue de la Paix y compartió apadrinaje con Ana Obregón. Don Jaime conversó con Isak Andic y su hijo Jonathan, que ya es un colaborador más del imperio Mango, en continua expansión por el mundo gracias a su buen gusto y sus bajos precios. Jordi Rabat, que dejó Madrid para abrir una joyería propia en la Ciudad Condal, anticipó que su mujer, Eva Palao, espera su primer hijo, que nacerá en junio y se llamará Alejandra. También Ninona Vila, la organizadora de eventos para Mango, espera un bebé para ese mes, al que pondrán Óliver.

Los partos coincidirán con la edición veraniega de la muestra, que va itinerante como si no supieran dónde ubicarla o desterrala. La histórica Pasarela Gaudí, creada por Paco Flaqué, quien la mantuvo en las alturas durante décadas, languidece con tanto cambio: se hacía en el pabellón italiano de la Feria, luego la cambiaron a un alejado palacio de congresos de Hospitalet y ahora acaban de trasladarla a un nuevo centro en una zona casi agitanada del Poblenou. El próximo destino será el Hospital de San Pau, donde hizo rehabilitación Montserrat Caballé.

Marichalar, y los allí presentes, degustamos la innovación en forma de canapé que el Le Chef de Laura Pi ofreció a modo de catering. Ya compite con Semon en delicadeza y sorprendió con novedades que Caritina Goyanes haría bien en incorporar a sus menús, saturados de su «jamonsito» y de unos rollitos de primavera rellenos de insípidas verduras.

Abordé a Marichalar en el evento: «Qué bien lo ponen Inda y Urreiztieta en su libro sobre Urdangarín –parece que aristocráticamente ya jubilado como duque, porque en Palma prefieren olvidar los años en los que le ponían alfombra roja–». Él, hábil, esquivaba el compromiso: «No he leído lo que cuenta, pero estupendo si me dejan bien. Ya me tocará el turno...», anticipó. «No creo que ese vaya a ser el caso. Todos te dimos ya en su momento», le respondí ante Jan Urdangarín, que estaba allí contratado por la empresa de Tote Vignau a 140 euros el día trabajado. No sabía dónde esconderse para evitar el acoso.