Crítica de cine

Muñecas coherentes

Muñecas coherentes
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Alicia Sánchez-Camacho está muy acostumbrada a las cámaras y a hablar en público. Se siente cómoda y domina tanto el lenguaje verbal como el no verbal: habla con facilidad, fluidez y seguridad, y antes de sus intervenciones suele respirar profundamente para controlar los nervios, aunque su inquietud queda al descubierto cuando juguetea con los tobillos. Además, se siente segura en sus decisiones: lo refleja en la rectitud de su espalda y en su paso firme al caminar.

Se comunica mucho con las manos y las mueve con maestría: enseña las palmas, transmitiendo confianza, y tiene las muñecas colocadas hacia arriba, lo que indica coherencia con sus palabras.

Sus movimientos no son expansivos, son comedidos –autocontrol y mesura–. El flequillo hacia la derecha nos muestra su lado izquierdo, dando sensación de cercanía y delatando su faceta emocional.

El veredicto

Su arma secreta: las manos.

Su punto flaco: los pies.

Miente con sus gestos: NO