Soberanismo made in India con espectáculo flamenco

Ya durante su polémico viaje a La India –en el que, a los conflictos con el Ministerio de Exteriores por este tipo de «tournées», se sumó el malestar de las ONG catalanas de cooperación internacional, indignadas por el impago de varias ayudas que podrían hacer tambalear los proyectos solidarios en el país–, Artur Mas demostró sus dotes camaleónicas para adaptarse a los rituales de la cultura india dejándose fotografiar con el tradicional bindi –el lunar que se pintan en la frente– en su periplo por Nueva Delhi. Pocos imaginaban entonces que dos semanas después de aquel viaje oficial, el presidente de la Generalitat protagonizaría su pequeña cumbre en la Ciudad Condal, al convertirse en uno de los invitados al lujoso enlace de Shristi Mittal, la sobrina del empresario indio Lakshmi Mittal –el magnate del gigante acerero ArcelorMittal– que se celebra estos días en la capital catalana. Aunque se desconoce si en esta ocasión se dejará tatuar con henna para mimetizarse con el ambiente de la boda –en la que, por cierto, tampoco faltarán los detalles «typical Spanish», como un espectáculo flamenco–, lo que sí es seguro es que cualquiera de los asistentes al enlace podría darse ínfulas de marajá, ya que los Mittal han conseguido arrastrar hasta Barcelona algunas de las mayores fortunas del planeta.

«No es lo que pensábamos»

Mezclados con la «jet set» internacional, destacados nombres de las filas soberanistas de Cataluña se congregarán en la ceremonia, entre ellos, los ya confirmados Xavier Trias, alcalde de la ciudad, y la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega. Cual «top secret», con mayor recelo se guardaba uno de los nombres de la lista de invitados: el de Artur Mas. LA RAZÓN ha conocido, a través de diversas fuentes implicadas en la organización de la ceremonia, que el presidente de la Generalitat habría confirmado su asistencia y se espera que hoy celebre con la pareja el gran día, que comenzará a las 17:00 horas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Aunque el enlace religioso está reservado a familiares y amigos íntimos, el resto de asistentes disfrutarán de un cóctel que abrirá bocado al banquete de Sergi Arola que los contrayentes compartirán con sus centenares de inviatdos. En esta particular «cumbre internacional» son muchos los que esperan afianzar proyectos con el exterior y abrir nuevas sendas de negocio. Y eso, a pesar de que algunos comerciantes expresaban ayer cierta desilusión ante las optimistas expectativas que tenían con este enlace en cuya organización han colaborado organismos como Turismo de Barcelona. «Algo se ha notado, aunque no ha sido lo que pensábamos», comentan desde la tienda de Jimmy Choo del Paseo de Gracia barcelonés. Una sentencia que ratifican en uno de los establecimientos vecinos de una conocida marca de joyas: «Quizá todavía es pronto para valorar la influencia de los Mittal, pero lo que está claro es que ya no son mil invitados, son 700», lamentan. «Por la información que se ha dado en los medios y por la última boda que organizó para su hija, imagínabamos que iban a ser invitados de alto ''standing''. Y hemos tenido ventas, aunque no todas las que quisiéramos», matizan. Las optimistas perspectivas de negocio se han reducido, aunque muchos reconocen que sí han notado la afluencia de clientes internacionales, un hecho que no sólo atribuyen al turismo de la Ciudad Condal, sino a los selectos invitados de la ceremonia. «La valoración es muy subjetiva», aclaran desde uno de los comercios, y reconocen que existen circuitos organizados –de los que se beneficiarán las principales marcas– para orientar a los compradores extranjeros. «El dispositivo se nota, esta gente se moverá por unas tiendas más o menos acordadas», añaden. Dado que la ceremonia cuenta con tres días de celebración y ha atraído a centenares de fortunas a Barcelona, muchos esperan que el lunes algún invitado rezagado realice sus compras de última hora. A pesar de que gran parte de los comerciantes del Paseo de Gracia estaban al tanto de la gran boda, otros desconocían la noticia y atribuían el ajetreo de la calle al puente de la Constitución. De hecho, en los locales de comidas apenas han notado diferencias: «Nosotros trabajamos con nuestros clientes. Estos días tenemos bastante trabajo porque las tiendas están abiertas y hay cenas de Navidad», comentan desde el restaurante Pomarada. Tampoco estaban al tanto del enlace en una de las tiendas de Mango de la zona y, sin embargo, se han convertido en uno de los locales «bendecidos» por el efecto Mittal. «Han venido unas clientas que no sabían que habían sido invitadas hasta última hora y comentaron que necesitaban trajes para una boda muy importante», aseguran desde el establecimiento, al que acudieron tres personas de Barcelona que compraron varios modelos para poder elegir el mejor para la ocasión. «Se llevaron diseños con mucha lentejuela, muy lujosos», añaden. Con el antecedente de los 60 millones que el magnate del acero se dejó en la boda parisina de su hija, muchos esperan estos días que les toque su particular premio gordo de la lotería.

Barcelona se viste con «lehenga choli» y «salwar Kameez»

No alcanzan el delirio de los jeques árabes, pero a las familias más pudientes de la India también les gusta ostentar. Y más si se trata de celebrar un enlace, verdadero acontecimiento en su cultura. Barcelona se ha llenado de «salwar kameez» y «lehenga choli», los trajes típicos indios, durante tres días de celebración en los que las tradiciones del país asiático y español se han fusionado. Ayer, a la hora de comer, hubo una ceremonia mehendi en la que las mujeres adornaron su cuerpo con henna, seguido de una comida ligera. La cena buffet estuvo amenizada por música y por un espectáculo hípico de carácter español, además de un juego de luces y agua en la Font Màgica. Hoy tendrá lugar el enlace y repite la fuente como parte de los fastos del día, además de fuegos artificiales. Del ágape se ha encargado Sergi Arola, que ya conoce bien el paladar indio gracias a su restaurante en Bombay. Según informa «La Vanguardia», no faltarán sus famosas patatas bravas, que contienen picante en su interior, empanadillas vegetales, crema de castañas y canelones de espinacas con piñones y pasas, todo ello bien regado con 300 botellas de champán Dom Pérignon. La culminación de la velada, además del baile, será el tradicional corte de la tarta, cuya elaboración corre a cargo del pastelero Christian Escribà, elegido precisamente por hacer piezas únicas y a medida. Los novios escogieron el tipo de pastelería (anglosajona) y, de entre una serie de bocetos, se decantaron por una de seis pisos, «como las de las películas». Patricia Schmitt, brasileña experta en este tipo de pastelería, es la encargada de dirigir al equipo de tres especialistas que llevan ya diez días trabajando en la obra. De color azul cielo, pesa 60 kilos y está adornada por 250 flores de azúcares de 15 tipos distintos, cada pétalo hecho a mano, y rematada con las iniciales de los novios.