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Paz Vega, la musa de Banderas

La actriz, en el pasado Festival de Cannes
La actriz, en el pasado Festival de Canneslarazon

Nuestro actor más internacional continúa mostrando su faceta de fotógrafo. Antonio Banderas ha hecho un hueco en su apretada agenda para trabajar en Barcelona en un nuevo reportaje fotográfico. Numerosos rostros conocidos han posado ante su objetivo, pero, sin duda, entre éstos destaca el de Paz Vega.

Nuestro actor más internacional continúa mostrando su faceta de fotógrafo. Antonio Banderas ha hecho un hueco en su apretada agenda para trabajar en Barcelona en un nuevo reportaje fotográfico. Numerosos rostros conocidos han posado ante su objetivo, pero, sin duda, entre éstos destaca el de Paz Vega. La actriz viajó desde Los Ángeles a la Ciudad Condal para participar en este proyecto del intérprete, que, además, encierra una causa solidaria. El malagueño la plasma encarnando a diferentes mujeres históricas. Si Hollywood le da largas, al menos, le queda esta faceta que en 2010 ya dejó muestra en el Instituto Cervantes: exhibió una España de tronío y pandereta.

Esta semana Barcelona ha sido el centro de todas las miradas, la pasarela 080 confirmó mi postura anti «photo-call» con fondos repletos de anuncios, una argucia que parece impuesta por los patrocinadores. Están convirtiendo la actualidad en una propaganda desmerecedora de eventos, personajes y galas. En ninguna alfombra roja norteamericana hacen nada parecido a lo aquí realizado por el servilismo de las relaciones públicas, más pendientes del trinque que de darle solemnidad al acto. Son constantes mis peleas, discusiones y reivindicaciones de lo auténticamente noticiable por encima de lo propagandístico. De ahí mi júbilo y reconforte al hojear la prensa dedicada a los desfiles de esta semana. Nuria Sardá rindió homenaje a su padre, que lleva medio siglo dedicado a la ropa íntima, y Totón Comella llenó de flecos la pasarela. Más bien lo evita, un aviso a los navegantes que tanto incordian cuando los vips van llegando. Esta evidencia subraya que su esfuerzo es baldío, y deberían tomar nota sus clientes para que varíe el protocolo. Parece haber llegado el fin de esos cartelones rebosantes de patrocinios.

En cuanto a las fiestas de la 080, Carmen Thyssen casi aplasta a Elsa Anka en el vestíbulo, donde era «leitmotiv» el cambio de sede a la ya bautizada como «La Grapadora». En un futuro cobijará museos de indumentaria y cerámica que, hasta ahora, contenía el renacentista edificio del Museo Picasso, en el que Rosa Clará presentó alguna de sus exquisitas colecciones. Estos días anda en doble proyecto: inaugura en marzo su primera tienda en Miami –creo que el 6– y Francina, aureolada por el tiempo, lanza un libro de recuerdos.

En los míos, ella aparece como una más de Pedro Rodríguez, Pochola era su máxima maniquí mientras Celia Fornés deslumbraba a Pertegaz, que le imponía dieta de frutos secos. Francina evoca aquella Barcelona cuna de la alta costura en la que competían desde Pertegaz a Carmen Mir, Marbel, Pedro Rovira, tan al aire de Courrèges, y Berhanyer. El Ritz cobijaba pomposos desfiles de moda que competían con París. Y entre todo este aire retro me preguntan si observo algo raro en Enzo, el hijo recién nacido de Guti y Romina. «El reportaje de ''¡Hola!'' eliminó el ombligo del niño», apuntó Nieves Álvarez, lo repasa todo con lupa.