Opinión
La crónica de Amilibia: Aún no se sabe qué beben en la Moncloa
Ahora que al parecer han promulgado la ley seca en Downing Street por el escándalo «Partygate» de Boris Johnson, aún no tenemos noticia de lo que se bebe en la Moncloa. Después de lo ocurrido en los últimos dos años, me extraña mucho que nadie, ni Vox, haya solicitado una comisión investigadora. ¿En primavera, los viernes hacen botellón en el jardín y en invierno en la antigua «bodeguiya» o en el búnker? ¿Toman el vodka a palo seco o con el caviar que quizá traiga el ministro de exteriores, José Manuel Albares en sus viajes a los países del Este? ¿El presi disfruta del chuletón al punto con Ribera o Rioja? ¿En el Falcon se prefieren los martinis secos mezclados, no agitados? ¿Después de los Consejos de ministros y para festejar las grandes decisiones adoptadas gozan de una hora feliz o «happy hour» con gin tonics a tutiplén? ¿Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero y Alberto Garzón prefieren la chicha morada peruana o el baijiu chino en vez del cuba libre? ¿Será verdad que, cuando se anima después de varios chupitos de whisky, Teresa Ribera se lanza por Carlos Gardel y canta «Y todo a media luz/ que es un brujo el amor/ a media luz los besos/ a media luz los dos»?
Solo tenemos preguntas y conjeturas. Cuentan que en la Zarzuela se consume «kombucha», la bebida probiótica preferida de Doña Letizia, la que le da tanta energía como para zanjar las controversias con su marido, según cuenta Pilar Eyre. Por otro lado, se rumorea que después de los últimos recortes presupuestarios, la Casa Real decidió sustituir el Dom Perignon por la sidra El Gaitero cero alcohol, también como detalle hacia la Princesa de Asturias.
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