Opinión

La crónica de Amilibia: Yolanda es mujer de mucho tocar

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda DíazAlejandro Martínez VélezEuropa Press

Me divierte hacer un pie de foto sin foto, porque está columna no lleva ilustración (no es muy ilustrada). La foto es de Efe y muestra a Yolanda Díaz y aMiquel Iceta en el instante preliminar del saludo en un acto oficial. Vemos que la vicepresidenta extiende los brazos con la vehemencia expresiva que la caracteriza hacia el cuerpo orondo del ministro de Cultura y Deporte con la intención de abarcarlo entero. Si a mí me recibiera así una mujer, tendría hombre para toda la vida. Iceta también extiende sus brazos para acogerla, pero su entusiasmo efusivo es casi arzobispal, carente del afecto que muestra Yolanda, mujer siempre lanzada al abrazo cálido y al beso maternal. Yo diría, y no por experiencia, que es mujer de mucho tocar y palpar al interlocutor, incluso aunque éste sea neoliberal y capitalista. Creo que la reforma laboral la alcanzó merced a los toques repartidos entre Sordo, Álvarez y Garamendi, entregados completamente a sus caricias y a los roces suaves de su melena. Quizá le hubiera gustado decir como Luis Enrique de sus jugadores: «Los tengo a todos empalmados».

En ese instante del inicio del abrazo que eterniza y congela la foto, se diría que van a marcarse un reguetón o una lambada. En tal caso, suponiendo que después hubiera llegado el restregón erótico-festivo, el marido de la vice habría aceptado el bailongo con la sonrisa tolerante del sabedor de la escasa peligrosidad del ministro arrimando material a la vice comunista. Lo de Yolanda, intuyo, es la política del toqueteo afable aceptado en el «solo sí es sí» de la ministra Irene Montero. Pero les pone. Me imagino que va a sufrir mucho confinada por la Covid-19. Prohibido tocar.