Opinión

La crónica de Amilibia: A Sánchez no le van las transparencias

Pedro Sánchez
Pedro SánchezOlivier MatthysAgencia AP

Leo que, en lo que va de año, distintos organismos del Gobierno ha incumplido la Ley de Transparencia más de 400 veces. No se llevan las transparencias en la pasarela de la política: debe de ser por el frío. O quizá no están en edad de mostrarlo todo, como dice Marta Sánchez. Prefieren ir tapaditos. En cambio en las redes, ese nido de víboras, se lleva mucho lo transparente. Ryan Reynolds, actor al que tanto envidio porque ha ido de Scarlett Johansson a Charlize Theron, dos de mis preferidas, ha ofrecido en Instagram su colonoscopia. Él ya ha probado, como yo, los rigores de la penetración anal que en su día propuso la podemita Beatriz Gimeno en su lucha contra el heteropatriarcado, aunque ella se refería a la otra. Transparencia.

Cuando Broncano le preguntó a Pilar Rubio, recién llegada de París (ella siempre está recién llegada de París, como los bebés), que cuántas veces lo había hecho el último mes, la bella respondió: «Lo hacemos todos los días, excepto cuando yo estoy en Madrid». Esa puntualización era necesaria; de lo contrario algunos malpensados habrían deducido que cuando ella está en Madrid, Sergio Ramos le pide montárselo por Skype, algo que al entrenador del Saint Germain quizá la hubiera parecido excesivo. Añadió Pilar: !Es parte de mi entrenamiento». Transparente. Con un entrenamiento así, no me cabe duda de que España hubiera hecho mejor papel en Qatar, sobre todo ahora que Joaquín, el novato, en otro alarde de trasparencia, ha confesado que «char un “quiqui” antes del partido no es cosa mala. A mí me ha ido muy bien».

Pero a Yolanda Díaz y a Marlaska les da vergüenza contar cuántas veces se lo han montado con el Falcon. Opacos.